Afganistán: más del 80% del país sufre una grave sequía
“Para que nuestros ríos lleguen sanos al mar”
El fenómeno de la sequía
La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR) insta a que se preste un mayor apoyo internacional a los millones de personas de Afganistán que sufren a causa del empeoramiento de la sequía, la COVID-19 y el conflicto armado.
El Presidente de la República Islámica de Afganistán declaró oficialmente la sequía el 22 de junio, indicando que el 30% del país está expuesto a una sequía severa, el 50% a una sequía grave y otro 20% a una sequía moderada. La cosecha de trigo de Afganistán se reducirá en casi 2 millones de toneladas y más de 3 millones de cabezas de ganado corren el riesgo de morir, según el gobierno.
La declaración de sequía se produce en un momento en el que la COVID-19 está empeorando aún más las dificultades sanitarias y socioeconómicas existentes en todo el país, mientras que las hostilidades en curso están desplazando a miles de personas, que tienen que depender de la ayuda humanitaria.
El Dr. Nilab Mobarez, presidente interino de la Media Luna Roja afgana, declaró que: "Estamos viendo los efectos devastadores de esta sequía en millones de personas que sufren una grave escasez de alimentos y agua en la mayoría de las zonas de Afganistán. Las cosechas de alimentos están agotadas y marchitas en los campos, y muchas personas han perdido sus ingresos”
Además, indicó que los equipos de respuesta de la Media Luna Roja Afgana están entregando urgentemente ayuda, incluyendo alimentos y asistencia en efectivo, a miles de familias afectadas por la sequía en las provincias más secas.
La FICR ha solicitado 15 millones de francos suizos para apoyar a la Media Luna Roja Afgana en la entrega de subsidios en efectivo para comprar alimentos, restablecer los medios de subsistencia y los cultivos de 280.000 personas en 13 de las provincias más afectadas por la sequía.
En relación a esto, Necephor Mghendi, Jefe de la Delegación de la FICR para Afganistán expuso que los desastres climáticos, la COVID-19 y el conflicto “están convergiendo en una pesadilla viviente para el pueblo de Afganistán, donde millones de personas se quedan sin comer cada día”. Además, en algunas partes el agua se está secando. "Se necesita una acción internacional urgente para apoyar a los más de 18 millones de personas que necesitarán ayuda humanitaria en Afganistán este año debido a esta sequía y a la crisis alimentaria”, señaló.
La sequía, una de las más graves que ha sufrido Afganistán, agrava los efectos de la COVID-19 y de muchos años de conflicto armado.
Fuente:
Septiembre, 2021