Cómo producir más alimentos con menos agua
“Para que nuestros ríos lleguen sanos al mar”
El Cambio Climático
En un contexto marcado por el cambio climático y la creciente demanda alimentaria, la necesidad de producir más alimentos utilizando menos agua se ha convertido en una prioridad para garantizar la seguridad alimentaria global. La agricultura, responsable de casi el 70% del consumo mundial de agua, enfrenta el reto de adaptarse a recursos cada vez más escasos y a condiciones climáticas extremas.
El desafío de la escasez de agua en la agricultura
El agua es el recurso vital que sustenta la vida y, en la agricultura, su uso ineficiente genera pérdidas significativas que repercuten en la producción y en el medio ambiente. Factores como las sequías prolongadas, la variabilidad de las lluvias y la degradación de los suelos hacen urgente la adopción de métodos que maximicen cada gota. La modernización de los sistemas de riego y la implementación de técnicas agrícolas avanzadas permiten, además de reducir el consumo de agua, aumentar la calidad y cantidad de la producción agrícola.
Tecnologías de riego de precisión y agricultura de precisión
Una de las soluciones más efectivas es el riego de precisión, que permite suministrar agua directamente a la zona radicular de las plantas mediante sistemas de goteo, microaspersión o riego por tasa variable. Estas técnicas reducen drásticamente las pérdidas por evaporación y filtración, logrando ahorros de hasta un 40% en comparación con los métodos tradicionales. La integración de sensores de humedad, datos meteorológicos en tiempo real y plataformas digitales para la gestión del riego está transformando la forma en que se administra el agua en el campo, haciendo posible una toma de decisiones basada en datos precisos.
La agricultura de precisión no se limita únicamente al riego. Esta metodología abarca el uso de tecnologías como drones, imágenes satelitales y sistemas de monitoreo que permiten mapear las variaciones en el terreno y en la salud de los cultivos. De esta forma, se puede aplicar la cantidad exacta de agua y nutrientes que requiere cada zona, evitando tanto el déficit como el exceso hídrico y maximizando el rendimiento de cada hectárea cultivada.
Hidroponía y acuaponía: Cultivos sin suelo para maximizar el rendimiento
Otra innovación que está ganando terreno es la agricultura sin suelo, que incluye sistemas como la hidroponía y la acuaponía. La hidroponía consiste en cultivar plantas en soluciones acuosas enriquecidas con nutrientes, eliminando la dependencia del suelo. Este método permite un control total sobre el ambiente de crecimiento, reduciendo el consumo de agua en más del 50% en comparación con la agricultura tradicional, y acelerando el crecimiento de las plantas. La acuaponía, por su parte, integra el cultivo de plantas con la cría de peces, creando un sistema simbiótico en el que los desechos de los peces aportan nutrientes a las plantas y, a su vez, las plantas purifican el agua.
Estas técnicas no solo optimizan el uso del agua, sino que también permiten una producción continua durante todo el año y en espacios reducidos, lo que es especialmente relevante en zonas urbanas o en regiones con limitaciones de terreno.
Agricultura regenerativa y gestión integral del recurso hídrico
Además de la modernización tecnológica, la agricultura regenerativa se presenta como una alternativa que busca restaurar la salud de los suelos y la biodiversidad, al tiempo que se mejora la eficiencia en el uso del agua. Prácticas como la rotación de cultivos, el uso de cultivos de cobertura y la agroforestería ayudan a mantener la humedad del suelo y a reducir la erosión, creando sistemas agrícolas más resilientes ante eventos climáticos extremos.
La captación y recirculación del agua son otros pilares fundamentales. Sistemas de almacenamiento, como tanques para recolección de agua de lluvia, y la reutilización del agua de drenaje, permiten reducir la dependencia de fuentes externas y asegurar un suministro constante durante períodos de sequía. Estas medidas, combinadas con la optimización de la fertirrigación, que aplica los fertilizantes de manera localizada y controlada, reducen no solo el consumo de agua sino también los costos asociados a la producción.
Casos de éxito y perspectivas futuras
En diversas regiones del mundo se están implementando proyectos innovadores que demuestran la viabilidad y el impacto positivo de estas tecnologías. Por ejemplo, en Marruecos empresas agrícolas han adoptado la hidroponía para combatir la sequía, logrando reducir significativamente el consumo de agua y mejorando la calidad de cultivos como lechuga, espinacas y tomates cherry. Asimismo, en España se desarrollan proyectos de modernización de infraestructuras de riego en pequeñas explotaciones, que combinan la automatización y el uso de energías renovables para potenciar la eficiencia hídrica y energética.
Estas experiencias demuestran que, con la inversión adecuada y el apoyo de políticas públicas orientadas a la sostenibilidad, es posible transformar la agricultura en una industria capaz de producir más alimentos con menos agua. La convergencia de la innovación tecnológica, el manejo inteligente del recurso hídrico y la adopción de prácticas regenerativas abren un camino prometedor hacia una producción agrícola más eficiente y respetuosa con el medio ambiente.
Fuente:
Marzo, 2025