Cuatro razones para proteger los ríos
“Para que nuestros ríos lleguen sanos al mar”
Conservación de las fuentes de agua
En China, el río más largo de Asia, el Yangtsé, registró en el último mes los niveles más bajos jamás registrados, lo que obligó a las centrales hidroeléctricas presentes a lo largo del río a reducir o detener las operaciones que significaron cortes de energía para millones de personas. Este es solo uno de los impactos relacionados con los ríos provocados por los períodos secos cada vez más frecuentes y severos de los que hemos sido testigos en todo el mundo en 2022.
En los últimos cinco años, una de cada cinco cuencas fluviales ha presentado fluctuaciones en las aguas superficiales fuera de su área de distribución natural. Al mismo tiempo, los ríos en toda Asia meridional han aumentado su caudal debido al incremento de las lluvias y el derretimiento acelerado de los glaciares, lo cual ha traído las repercusiones devastadoras que se han visto en Pakistán a mediados de 2022.
Si bien los ríos constituyen una pequeña fracción (0,49%) del agua dulce superficial en el planeta, desempeñan un papel importante en sustentar la vida en la Tierra y el desarrollo humano. De toda el agua dulce líquida de superficie presente en el mundo, el 87% se encuentra en los lagos, el 11% en los pantanos y solamente el 2% en los ríos.
El Día Mundial de los Ríos, el 25 de septiembre, es una oportunidad para reflexionar sobre el rol que los ríos han desempeñado en la civilización humana, las presiones que enfrentan actualmente en un mundo de casi 8.000 millones de personas y la necesidad de protegerlos y gestionarlos de manera sostenible.
A continuación se describen cuatro razones por las que resulta vital proteger los sistemas fluviales:
Los ríos sustentan a las personas y la economía
Los ríos son ecosistemas sumamente diversos y productivos, que contribuyen al crecimiento económico, la seguridad alimentaria y el bienestar humano. Por ejemplo, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) estima que 2.000 millones de personas en el mundo entero dependen directamente de los ríos para proveerse de agua potable y 500 millones de personas (aproximadamente 1 de cada 14) viven en deltas fluviales, unos terrenos triangulares que se forman en la desembocadura de un río y dependen de los sedimentos de este.
Mientras tanto, los ríos proporcionan parte de las pesquerías y medios de subsistencia más productivos del mundo en beneficio de 60 millones de personas, de las cuales el 55% son mujeres. Cada año se capturan por lo menos 12 millones de toneladas de peces de agua dulce, lo que equivale a un 12% de todas las capturas de peces del mundo. Si bien esta cantidad es suficiente para proporcionar proteínas a por lo menos 160 millones de personas, muy pocos legisladores y políticos aprecian plenamente el significativo valor de los peces de agua dulce. Esta situación se debe a la falta de comprensión o medición del impacto positivo de estos ecosistemas en favor tanto de las comunidades de bajo ingreso como del crecimiento económico.
La mayoría de las ciudades más antiguas del mundo se han asentado y desarrollado alrededor de ríos que permiten el transporte de bienes y personas; que apoyan la pesca y la agricultura; y proporcionan beneficios recreativos, turísticos, culturales y de salud mental. Por ejemplo, en Asia se encuentran sitios sagrados ubicados en la confluencia de ríos en toda la región del Himalaya, así como los ríos Ganges y Jordán poseen un valor religioso significativo e intrínseco para sus comunidades aledañas.
Asimismo, el macizo montañoso Hindú Kush del Himalaya es la fuente de diez de los sistemas fluviales más grandes de Asia, así como la principal fuente de agua dulce en Asia meridional. Se estima que los servicios ecosistémicos de la región sustentan a unos 240 millones de personas y benefician a unos 1.700 millones de personas en las cuencas fluviales corriente abajo. Los ríos brindan igualmente un componente energético: la energía hidroeléctrica utiliza el agua de los ríos para producir electricidad. Al mismo tiempo, los ríos también pueden ser una fuente de conflicto entre las naciones.
La mayoría de nuestros ríos más grandes están gravemente contaminados
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), alrededor de un tercio de todos los ríos de América Latina, África y Asia sufren de una grave contaminación patógena, que puede provocar enfermedades, y se atribuye a la eliminación de aguas residuales sin tratar, la escorrentía de plaguicidas agrícolas y la contaminación industrial; en efecto, la contaminación orgánica grave se ha evidenciado en una séptima parte de todos los ríos; y la contaminación grave y moderada por sales afecta al 10% de todos los ríos aproximadamente.
Los ríos están sufriendo también debido al creciente flagelo de la contaminación por plástico. Las investigaciones del PNUMA muestran que se estima que cada año unas 1.500 toneladas de microplásticos procedentes de productos de cuidado personal no son retenidos por las plantas de tratamiento de aguas residuales y terminan en los cuerpos de agua. Mil ríos en particular representan casi el 80% de las emisiones anuales mundiales de plástico fluvial, que oscilan entre 0,8 millones y 2,7 millones de toneladas por año; entre estos, los ríos urbanos pequeños figuran entre los más contaminantes.
En conjunto, esta contaminación generalizada pone en peligro la salud de las personas, la industria pesquera de agua dulce (que amenaza la seguridad alimentaria y los medios de subsistencia) y el uso del agua de los ríos para el riego, la industria y la recreación. Asimismo, esta contaminación termina en el océano con más repercusiones negativas.
Los ríos que fluyen libremente son pocos y distantes entre sí
Pocos ríos se mantienen en su estado natural, salvaje y serpenteante. La creciente demanda de energía hidroeléctrica, riego y navegación interior está impulsando la rápida expansión de la construcción de presas y demás infraestructuras fluviales, lo cual altera y fragmenta los ríos.
Únicamente un tercio de los ríos más largos del mundo siguen fluyendo libremente, sobre todo en regiones remotas del Ártico y en las cuencas del Amazonas y el Congo. El desarrollo de la infraestructura en las llanuras aluviales puede agravar las inundaciones en las ciudades. Según el emblemático informe del PNUMA, titulado Hacer las paces con la naturaleza, las acciones de adaptación basadas en la naturaleza pueden ayudar a reducir las inundaciones de los ríos y proteger mejor estos valiosos ecosistemas. Entre las soluciones propuestas se incluyen la protección y restauración de las llanuras aluviales y la vegetación ribereña.
Los ríos sustentan la biodiversidad
La infraestructura en los ríos afecta negativamente a la vida acuática. Por ejemplo, puede impedir que algunas especies de peces, como el salmón, lleguen a sus criaderos ubicados corriente arriba. Al proteger y restaurar nuestros ríos, desempeñamos un rol fundamental en evitar que la curva de biodiversidad caiga. Los nutrientes transportados por los ríos y otros cuerpos de agua alimentan los bosques, humedales y otros hábitats terrestres, lo cual les permite servir de hogar para gran parte de las más de 100.000 especies de agua dulce, según el WWF. Los ríos más limpios permiten que la naturaleza se recupere: las marsopas están regresando al río Támesis y los delfines al río Hugli, un canal distributario del río Ganges, debido a la reducción tanto de la actividad industrial como de la contaminación durante los confinamientos por la pandemia de COVID-19.
El PNUMA está colaborando con la red Rotary International en la iniciativa Adopt a River for Sustainable Development (Adopta un río para el desarrollo sostenible), que tiene por objeto catalizar la acción en las comunidades locales. Aprovechando el alcance mundial de los más de 46.000 clubes de la red Rotary, la iniciativa se ha concebido para despertar conciencia sobre la importancia de los ríos y fomentar a mayor escala las acciones para restaurarlos y protegerlos. La fase piloto a un año de la iniciativa Adopta un río se completó a finales de 2021.
Durante este período, 9 programas locales que se ejecutan en Etiopía y Kenya facilitaron la eliminación de un total combinado de 146,4 toneladas de desechos sólidos de más de 19 km de ríos, y contribuyeron a promover la acción directa hacia la restauración de las riberas y la plantación de árboles. En el Día Mundial de los Ríos, la iniciativa "Adopta un río" estará abierta a los clubes Rotary de todo el mundo que deseen crear un impacto ambiental positivo para su comunidad.
La campaña Mares Limpios del PNUMA pone de manifiesto el hecho de que 1.000 ríos son responsables de casi el 80% de las emisiones anuales mundiales de plástico fluvial y que, por tanto, resulta urgente y necesario adoptar medidas al respecto. Parte de la campaña incluye la insignia Tide Turners Plastic Challenge del PNUMA para educar a las personas jóvenes en materia de los flujos de contaminación por plástico desde la fuente hasta el mar, principalmente a través de los ríos.
Fuente:
Octubre, 2022