El calor de los ríos árticos y los cambios asombrosos de la región

“Para que nuestros ríos lleguen sanos al mar“

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El agua del río Mackenzie, en Canadá, entrando en julio de 2012 en el océano Ártico, visible de color azul. Las zonas blancas en la mitad superior de la foto son en gran parte hielo marino, mientras que las de abajo son nubes sobre la tierra. (Foto:…

El agua del río Mackenzie, en Canadá, entrando en julio de 2012 en el océano Ártico, visible de color azul. Las zonas blancas en la mitad superior de la foto son en gran parte hielo marino, mientras que las de abajo son nubes sobre la tierra. (Foto: NASA Earth Observatory)

Toda la zona del Ártico se encuentra en un estado extremadamente anómalo. Al aumento generalizado de las temperaturas del aire por culpa del calentamiento global se le une la entrada en la región de agua cálida de los océanos Atlántico y Pacífico. Como consecuencia de todo ello, se producen episodios de derretimiento de hielo marino incluso en pleno invierno.

Ahora, un nuevo estudio muestra que el aumento de temperatura de los ríos de tierras árticas está provocando que se funda hielo marino en el océano Ártico y que se caliente la atmósfera.

El estudio ha sido dirigido desde la Agencia Japonesa para la Ciencia y la Tecnología Marina y Terrestre (JAMSTEC), y ha contado con colaboradores en Estados Unidos y otros países.

A juzgar por los resultados de esta investigación, los principales ríos de la región ártica aportan al océano Ártico mucho más calor que en 1980. El calor de los ríos es responsable de hasta el 10 por ciento de la pérdida total de hielo marino que se produjo entre 1980 y 2015 en la región de la plataforma del océano Ártico. Ese derretimiento equivale a unos 120.000 kilómetros cuadrados de hielo con un metro de espesor.

Los ríos tienen su mayor efecto en primavera. El agua que transportan desemboca en el océano Ártico en cuya superficie abundan las placas de hielo. El agua fluvial, más caliente que el medio en el que ha penetrado, se extiende por debajo del hielo y contribuye a su derretimiento. Una vez que el hielo marino se ha fundido, el agua caliente comienza a calentar la atmósfera.

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En la nueva investigación se ha descubierto que entra en la atmósfera mucha más energía calorífica fluvial que la que derrite el hielo o calienta el mar. Como el aire es móvil, esto significa que el calor de los ríos puede afectar a zonas del Ártico alejadas de los deltas de los ríos.

Los efectos del calor fluvial son más pronunciados en el Ártico siberiano, donde varios grandes ríos fluyen hacia la región de la plataforma relativamente poco profunda que se extiende a un millar de kilómetros de la costa.

Igor Polyakov, coautor del estudio y oceanógrafo del Centro Internacional de Investigación del Ártico, adscrito a la Universidad de Alaska en Fairbanks (Estados Unidos), estima que el aumento global de las temperaturas del aire seguirá calentando los ríos de la región ártica en el futuro. A medida que los ríos se calienten, más calor fluirá hacia el océano Ártico, derritiendo más hielo marino y acelerando el calentamiento del Ártico.

Los ríos son solo una de las muchas fuentes de calor que ahora calientan el océano Ártico. Todas trabajan juntas, provocando bucles de retroalimentación positiva que aceleran el calentamiento en la región ártica.

 "Es muy alarmante porque todos estos cambios se están acelerando", advierte Polyakov. 

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Noviembre, 2020

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