El cambio climático global está afectando a la calidad del agua potable
“Para que nuestros ríos lleguen sanos al mar”
El Recurso Hídrico y el Cambio Climático
Olas de calor, sequías, inundaciones, incendios forestales... las consecuencias del cambio climático global van en aumento y están cambiando nuestro entorno. Y ello, a su vez, influye en los recursos hídricos de los que se abastece de agua potable a la gente.
Un ejemplo claro de este problema está en el embalse de Rappbode, ubicado en la zona del macizo del Harz en Alemania. Se trata del mayor embalse de agua potable de Alemania y proporciona agua potable a aproximadamente un millón de personas. Los largos periodos de sequía de los años 2015 a 2020 han debilitado tanto la población de árboles en la región del Harz que parásitos como los escarabajos de la corteza han podido propagarse. Esto agravó aún más el efecto: Los árboles se dañaron aún más y murieron rápidamente. "En los últimos cuatro años, la zona de captura de agua, dominada por coníferas, ha perdido más del 50% de su bosque. Esta muerte masiva del bosque está avanzando rápidamente y es muy alarmante, sobre todo porque tendrá consecuencias negativas para el abastecimiento de agua potable.
Así lo alerta el hidrólogo Michael Rode, del Centro Helmholtz de Investigación Medioambiental (UFZ) en Alemania, quien es coautor de un estudio reciente sobre la cuestión.
Los bosques desempeñan un papel fundamental en el ciclo del agua. Filtran el agua y retiran de ella nutrientes, por lo que son necesarios para una buena calidad del agua. Cuantos menos nutrientes (es decir, compuestos de nitrógeno o fósforo) contenga el agua de los embalses, mejor será para el tratamiento del agua potable. La escasez de tales nutrientes dificulta el desarrollo de las algas, lo que ayuda a hacer que el agua sea potable.
El equipo de investigación ha determinado que para cuando la deforestación de la región estudiada alcance el 80 por ciento, lo cual parece que ocurrirá inexorablemente si no se ponen en marcha medidas drásticas para impedirlo, las aguas que van a parar al embalse de Rappbode experimentarán un aumento del 85 por ciento en la concentración de fósforo disuelto y un aumento de más del 120 por ciento en la concentración de nitrógeno, todo ello en tan solo 15 años. Esto provocará un aumento de más del 80 por ciento de las diatomeas y de más del 200 por ciento de las algas verdes en las aguas que van a parar al embalse. Potabilizar esta agua se volverá mucho más difícil y caro.
Fuente:
Septiembre, 2022