El futuro del agua es digital

“Para que nuestros ríos lleguen sanos al mar”

El Agua y la Ciencia

Había escepticismo sobre su llegada. Primero el agua y el vapor se utilizaron para mecanizar la producción; después la energía eléctrica permitió crear la fabricación en masa; y más tarde la electrónica y la tecnología de la información sirvieron para automatizar los procesos industriales. Ahora, en la Cuarta Revolución Industrial ―la llamada Industria 4.0―, el desarrollo y la fusión de nuevas tecnologías diluyen la línea entre lo físico y lo digital, y la llegada al sector del agua quizá ha tardado más de lo que debiera.

Nuestro contexto actual en el que todavía millones de personas en el mundo no tienen acceso al agua potable y el saneamiento, y teniendo en cuenta que los desafíos que presentan los recursos hídricos del planeta se agravan debido al cambio climático y la presión demográfica, es imprescindible acelerar las soluciones que conlleven a un mayor cuidado y una mayor sostenibilidad en el uso del agua.

Entre las metras del ODS 6 Agua Limpia y Saneamiento que forma parte de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, se encuentran lograr el acceso universal y equitativo al agua potable a un precio asequible, así como el acceso a servicios de saneamiento e higiene adecuados y equitativos. También mejorar la calidad del agua y proteger y restablecer los ecosistemas relacionados con el agua. Metas que pueden lograrse con el cumplimiento de otras dos: la implementación de la gestión integrada de los recursos hídricos a todos los niveles y el aumento del uso eficiente de los dichos recursos en todos los sectores. Precisamente, es en estas dos últimas donde la digitalización se erige como la piedra angular que permitirá al sector situarse a la vanguardia tecnológica para hacer frente a los retos actuales y ser más receptivo, proactivo y predictivo ante los retos que se puedan presentar en el futuro.

La digitalización de la gestión del agua

La digitalización de la gestión del agua radica en la utilización de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación para optimizar esa gestión, desde la captación de los recursos hídricos hasta los servicios ofrecidos a la ciudadanía. Un camino que va desde lo físico a lo digital ―la información del mundo físico se captura para crear un registro digital de lo que sucede―, de lo digital a lo digital ―la información registrada se comparte e interpreta con analítica avanzada e inteligencia artificial―, hasta que el mundo digital vuelve al físico ―el análisis de los datos y los algoritmos aplicados se traspasan al mundo físico. O, lo que es lo mismo, siguiendo el flujo physical-to-digital-to-physical, PDP por sus siglas en inglés.

El mantenimiento predictivo, el 5G, la inteligencia artificial, la realidad aumentada, los gemelos digitales, el big data, el AMI (Advanced Metering Intelligent) o los sistemas de posicionamiento global, están ya transformando el negocio tradicional en el sector del agua y abriendo nuevos campos de especialización, hasta tal punto, que la transformación digital encabeza las estrategias empresariales dentro de la apuesta del sector por la digitalización de la gestión del ciclo integral del agua durante los próximos años. “Tenemos un propósito de ser en el sector del agua, que no es otro que el ayudar a asegurar que las generaciones futuras tengan acceso a unos servicios de agua potable y saneamiento adecuados, y en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU”, dice José Fernández-Díez, vicepresidente de Grupo Álava, cuya empresa MonoM, nació en 2016 con el afán de convertirse en el catalizador que, a través de las tecnologías más disruptivas, contribuya al impulso de la transformación digital de la industria.

El sector del agua está obligado a hacer más con menos, y la componente tecnológica, la eficiencia y la resiliencia juegan un papel clave. Estas tecnologías son las herramientas necesarias para garantizar la disponibilidad y gestión sostenible del agua, de manera que la transformación digital de los procesos ―la inmersión del sector en esta Cuarta Revolución Industrial― ya no es una opción, sino una necesidad que permita ofrecer el servicio de calidad que demanda la sociedad y, hacerlo, además, siendo respetuosos con el medioambiente.

Las ventajas son cuantiosas, y no solo en términos económicos: también en el ambiental y el social. Por un lado, las tecnologías que forman parte de la digitalización del agua permiten a los operadores incrementar la sostenibilidad de la industria gracias a la automatización de procesos, la gestión remota de los activos digitales, la reducción de costes, la previsión de incidencias climáticas, de consumos o de pérdidas hídricas, así como tener un enfoque centrado en el cliente. Por otro lado, los usuarios finales obtienen una mayor transparencia de la información, tanto en la facturación de consumo real, como en las previsiones o los planes personalizados. Asimismo, el uso de las nuevas tecnologías contribuye a un ahorro sustancial de agua y se fomenta, a su vez, el consumo responsable entre los usuarios.

No obstante, han pasado ya unos años desde que el sector del agua iniciase su transformación ―que se vio acelerada por la irrupción de la pandemia―, y ahora nos encontramos en un contexto de consolidación de la digitalización como pilar de la gestión del agua. Esto significa que el debate ya no está centrado en la necesidad de aplicar estas tecnologías, sino en la búsqueda de las mejores fórmulas financieras para poner en marcha proyectos y desarrollos que respondan ante el paradigma actual.

El sector del agua está obligado a hacer más con menos, y la componente tecnológica, la eficiencia y la resiliencia juegan un papel clave.

La apuesta de España por la digitalización del agua

El 40 % de la población mundial está afectada por el cambio climático y la escasez hídrica, por lo que es urgente dar una respuesta a los retos que esta situación genera. España es uno de los países europeos con mayor estrés hídrico, de manera que el control y la correcta gestión del uso del agua es un desafío constante que no puede perderse de vista en ningún momento.

El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) dice que la gestión del agua en España requiere cumplir una serie de objetivos ambientales y socioeconómicos, como son satisfacer las demandas de agua, conseguir y mantener en buen estado las masas de agua, mejorar la gestión de las sequías e inundaciones y definir los instrumentos económicos y financieros necesarios. Conscientes de esta situación, en marzo de este mismo año, el Gobierno aprobó el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) de Digitalización del Ciclo del Agua, con el que pretende impulsar el uso de las nuevas tecnologías de la información en el ciclo integral del agua, y cuyo fin es “mejorar su gestión, aumentar su eficiencia, reducir las pérdidas en las redes de suministro y avanzar en el cumplimiento de los objetivos ambientales marcados por la planificación hidrológica y las normativas internacionales”.

Se trata de una transformación y modernización de los sistemas de gestión del agua, tanto para el ciclo urbano del agua como para el riego y los usos industriales, con una inversión total prevista que rondará los 3.000 millones de euros hasta 2026 entre fondos públicos y privados, y que creará alrededor de 3.500 puestos de trabajo, abriendo nuevos nichos profesionales en el sector.

El sector del agua ha ido por detrás de otros sectores en el proceso de digitalización, de manera que este PERTE es la palanca definitiva que necesitaba para llevar a cabo la transformación que se demanda. En este sentido, varias empresas ofrecen soluciones integrales e innovadoras que responden a las líneas de actuación previstas, como son la mejora de la gobernanza en materia de gestión de los usos del agua, el impulso a la digitalización de los organismos de cuenca, el desarrollo de programas de ayudas para el impulso a la digitalización a los distintos usuarios del agua en España y el fomento de la formación e innovación en competencias digitales en la administración y gestión del agua.

MonoM, una de las empresas líder en el mercado de las plataformas AIoT cloud sectoriales, heredera de los cincuenta años de experiencia de su matriz Grupo Álava y presente con soluciones especializados en diferentes mercados, cree que “la mejora en los procesos de gestión, tratamiento y distribución de aguas pasa por la digitalización tanto de los activos implicados, como de sus procesos usando tecnología deep tech”, según Antonio Ramírez, su CMO. Su deep tech se basa el uso de IA, big data, cloud, IoT y gemelos digitales, y su propuesta de valor única para la gestión del ciclo del agua, integra plataforma cloud con la más avanzada tecnología IoT del sector y servicios avanzados de modelado de datos. “La carrera por la digitalización del agua es una realidad y las empresas, y organizaciones más innovadoras, ya se han sumado a esta necesidad para convertirla en realidad”, asegura José Fernández-Díez.

En mayor o menor medida, todos los actores implicados en el sector del agua son conscientes de los retos. Administración pública, empresa privada y sociedad civil deben cooperar en pos de la correcta gestión de los recursos hídricos ante las incertidumbres climática y económica que atravesamos. Porque lo que sí está claro, es que el futuro del agua es digital.

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Noviembre, 2022

El Agua y, la Ciencia