La economía europea encalla en unos ríos golpeados por la sequía y contaminación

“Para que nuestros ríos lleguen sanos al mar”

El Recurso Hídrico y el fenómeno de la sequía

La emergencia climática obliga a replantear el modelo de gestión de un aliado esencial para numerosos sectores.

España ha iniciado el otoño con los embalses más vacíos en lo que va de siglo. Esta semana, la reserva hídrica se situaba al 31,7% de su capacidad total. Con una dureza sin precedentes, la ola de calor y la sequía que ha sufrido Europa durante este verano ha llevado al límite a muchos de sus ríos. Sus bajos caudales han comprometido el transporte de mercancías, el suministro de combustible, la refrigeración de nucleares, la producción de electricidad, el turismo fluvial o la rentabilidad de muchos cultivos.

En el Danubio, con solo 40 centímetros de agua, los barcos de mercancías tuvieron que esperar y cruzarlo por turnos, el mismo panorama se vivía en en el Rin. Muchas de las centrales nucleares francesas fueron al ralentí para que sus vertidos de agua caliente a los ríos no superaran el umbral de seguridad medioambiental. Noruega redujo las exportaciones de energía hidroeléctrica debido a los bajos niveles de los embalses; en Italia la sequía ha amenazado cosechas, desde el aceite hasta su arroz de risotto... Golpes a la economía europea que encallan en un panorama de crisis energética, alta inflación e interrupciones en la cadena de suministro.

A la pesca de alternativas

Expertos en gestión hídrica, reunidos este viernes en Chile durante el XV Foro de la Economía del Agua, han apelado a la mejora de la gobernanza y a la búsqueda de nuevas fuentes de agua para hacer frente a la crisis hídrica mundial que el cambio climático está exacerbando. Estanislao Arana, director académico del foro, señaló la necesidad de «nuevos modelos de gestión del recurso, que resuelvan el reto de garantizar agua en cantidad y calidad suficientes, atendiendo a una demanda creciente y a una menor disponibilidad de una manera sostenible y ambientalmente responsable». Además, deben apoyarse en la ciencia y la tecnología, con el «desarrollo de fuentes alternativas como la reutilización y la desalación, o la apuesta por los caudales ecológicos que ayuden a conservar ríos y ecosistemas».

La situación a futuro no parece que vaya a ser mejor: las altas temperaturas provocadas por el cambio climático están reduciendo los glaciares alpinos europeos. Ello comprometerá el caudal de ríos como el Ródano, el Rin, el Danubio o el Po, situados a cientos de kilómetros. Todo ello pone en evidencia la necesidad de cuidar los ríos y garantizar su caudal.

«Hasta ahora el agua se ha considerado un activo seguro y se entendía la gestión en aras de satisfacer la demanda por encima del límite físico. Pero ahora ha crecido hasta niveles que la aportación natural no puede sostener. El cambio climático ha cambiado la dinámica hacia una mayor incertidumbre y, a pesar de los embalses, las lluvias son inciertas y cuando ocurren de forma torrencial no se puede garantizar que ese agua se guarde», señala Rafael Seiz, experto del programa de Agua de WWF-España. «Si tenemos ríos contaminados, sin vida, sin caudales suficientes o acuíferos llenos de nitrato y sal estaremos utilizando más recursos que si estuvieran sanos. Coger agua de la Sierra de Gredos es más fácil que de un contaminado Guadalquivir».

En España, la reserva hídrica se situaba al 31,7% de su capacidad total

Para Saiz, es clave realizar un análisis económico del uso del agua para garantizar el suministro a todos los sectores, a las ciudades, a las industrias energéticas, a los cultivos... «No hay recurso para proporcionarla a todo el mundo. Hay que decidir cómo distribuirla y, además, como marca ahora la política europea, garantizando que se encuentren en buen estado de conservación y cumplan sus funciones ecológicas. Hoy no se está garantizando que el que contamina paga». Por ello, insiste en la urgencia de que se incorporen criterios económicos en la distribución del recurso, que se tenga en cuenta el valor económico de cada río. «No tiene sentido subvencionar el agua para que se queden cultivos en el campo porque hay sobreexplotación», aclara. Y es que si los caudales de los ríos siguen disminuyendo habrá que decidir (siempre garantizando el suministro de agua a las personas) en función de qué sectores resultan claves para la economía. ¿Hidroeléctrica, nucleares, cultivos...?

«La agricultura gasta el 80% de los recursos hídricos en España, y repercute un 5% en el PIB y su aportación al empleo tampoco es grande. Por supuesto, es importante y sin ella no podríamos vivir, pero hay que tenerlo en cuenta. Las ciudades y la industria gastan el 15% del agua. Es decir, nuestra actividad económica, la que genera más beneficios, consume menos agua», explica José Corominas, vicepresidente de la Fundación Nueva Cultura del Agua. Este experto asegura que, a pesar de la disminución del caudal de los ríos, en España «está garantizada el agua para las ciudades y la industria, las nucleares tienen su reserva de agua y, por desgracia, tenemos ríos poco caudalosos y con una orografía que no los hace navegables, solo el Guadalquivir, de manera que no influye en el transporte de mercancías como en otros países europeos».

Golpe hidroeléctrico

La sequía ha hecho mayores estragos en la producción hidroeléctrica. España ha producido un 48% menos en los primeros nueve meses respecto al año pasado. Aún así, Corominas señala que las empresas no han perdido porque la electricidad se ha estado pagando alta. «Los escenarios de cambio climático, en lo que a precipitaciones se refiere tienen bastante dispersión de resultados en los diferentes ríos. Lo que sí parece es que hay y habrá más irregularidad en las aportaciones. Ante esta situación son importantes los embalses de regulación que permiten recoger esas aguas y repartir la producción cuando se necesita», puntualizan fuentes de Iberdrola, y adelantan que «estamos trabajando en nuevos proyectos de almacenamiento hidroeléctrico».

«La agricultura se lleva el 80% de nuestros recursos hídricos»

Algunos países como China, están recurriendo a soluciones como fabricar nubes para provocar lluvia artificial. «Sería un solución en las cabeceras de nuestros ríos, pero por el momento no creo que resulte muy viable», señala la experta en agua Milagros Couchoud, quien recuerda que «los ríos han marcado el desarrollo de la humanidad, y aunque hemos roto su capacidad natural de autodepurarse espero que gracias a la tecnología podamos recuperar lo que hemos contaminado».

Inteligencia artificial para encauzar la sostenibilidad

De los ocho millones de toneladas de residuos que acaban en el océano, un 80% proviene del interior y se canaliza por los ríos. La organización Surfrider Foundation Europe que lleva décadas trabajando para la protección del océano y la costa, decidió desarrollar una nueva herramienta para abordar el problema desde su origen. Gracias a la nueva App Plastic Origins, recién introducida en España, cada ciudadano puede descargarse la aplicación y ayudar a contabilizar la basura que ensucia arroyos, ríos y riachuelos en España. La aplicación móvil y gratuita permite filmar y rastrear los desechos encontrados gracias a su sistema de geolocalización.

«Nuestra acción pretende intervenir lo más arriba posible, precisamente para evitar que llegue a las desembocaduras de los ríos». La inteligencia artificial reconoce los residuos y los clasifica según su tipo. El proyecto, que ya esta marcha en Francia, se lanzó también este año en Alemania con una expedición al Rin. Hoy, cada día, miles de voluntarios se movilizan en estos países para proteger el océano y el litoral. Una vez identificados, se pueden grabar y listar en una base de datos diseñada para crear un mapa de los niveles de contaminación de nuestros ríos en toda Europa.

«Una vez obtenido un mapa preciso, que destaca las zonas más contaminadas, la ONG podrá reunirse con las autoridades locales para indicarles los sitios prioritarios para intervenir. Se podrá facilitar por ejemplo el acceso a los centros de recogida de residuos desarrollando campañas contra los vertidos ilegales, o rehabilitado los contenedores de residuos contra el viento, etc» precisa Xavier Curto Zafra Responsable incidencia política de Surfrider España.

Basuraleza

En España, el proyecto LIBERA, de SEO/BirdLife en alianza con Ecoembes, lleva años luchando contra la basura abandonada en la naturaleza. En su sexta edición '1m2 por las playas y los mares', realizada hace un mes, caracterizaron más de 46.000 residuos. Colillas, piezas de plástico de menos de 2,5 cm y las toallitas húmedas fueron algunos de los residuos más encontrados a través de la aplicación móvil Marbona, desarrollada por la Asociación Vertidos Cero y KAI Marine Services.

«Los mares vomitan a las costas residuos que han sido abandonados en cualquier región del planeta. No podemos seguir vertiendo 11 millones de toneladas de plástico cada año. Ningún ecosistema tiene una capacidad infinita de asimilación de contaminantes sin colapsar», señala Miguel Muñoz, coordinador del Proyecto LIBERA en SEO/BirdLife.

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Octubre, 2022