Los secretos enterrados del abastecimiento de agua de París, único en el mundo
“Para que nuestros ríos lleguen sanos al mar“
El Agua
Como en toda gran ciudad, y más en una con la historia de París, podríamos hablar de multitud de infraestructuras que se remontan muchos siglos. Pero al final, las ciudades modernas del siglo XXI, y a grandes rasgos, en cuanto a la gestión del agua, suelen ser bastante parecidas.
Pero hay dos cosas que llaman la atención del abastecimiento de agua en París que la hacen única: Unas pérdidas de agua bajísimas y no una red de abastecimiento de agua, sino dos. Y no es algo moderno, sino que tiene su origen en el París del siglo XIX.
Una red muy eficiente
La red de agua potable intramuros de París representa 2.000 km de tuberías, de las cuales, el 70% en la orilla derecha del Sena y el 30% en la orilla izquierda. Y tiene una de las mejores redes de agua potable en Francia con una eficiencia de más del 91%, para un promedio nacional de alrededor del 80%.
¿Por qué tiene estos buenos resultados? Podríamos pensar en que tienen infraestructuras muy renovadas, con pocos años de antigüedad. O que cuentan con sistemas muy avanzados de detención de fugas que les permiten repararlas rápidamente.
La clave no es ninguna de esas, sino el hecho singular de que el 95% de las tuberías de agua potable se encuentran en alcantarillas o galerías y se pueden visitar a pie.
La estructura única de esta red, así como las diversas campañas anuales de verificación de la tubería, permiten detectar y reparar muy rápidamente cualquier fuga.
Sin duda, la envidia de cualquier gestor del agua de una ciudad.
Doble red de abastecimiento de agua
Además de una red de agua potable, París tiene la suerte de tener una red de agua no potable. Esta red, casi única en el mundo, fue diseñada por Eugène Belgrand bajo la dirección de Georges-Eugène Haussmann durante el Segundo Imperio, durante la renovación de París.
En el siglo XIX coexistían dos redes de agua: una red denominada "privada" que abastecía a los edificios residenciales y que hoy constituye la red de agua potable y una red "pública" que servía principalmente a fuentes públicas - hoy es la red de agua no potable.
Subutilizada por diversas razones, la red de agua no potable no se ha mantenido como la red de agua potable. En 2012, el Consejo de París decidió mantener estas instalaciones, que constituyen un patrimonio histórico y son exclusivas de París, y desarrollar nuevas salidas de agua no potable.
En la actualidad, el agua no potable se produce en tres fábricas que extraen agua del Sena o del Canal de l'Ourcq. Su tratamiento se limita a la filtración gruesa (que elimina partículas de más de 3 mm), previo a su distribución por toda la capital. Las redes de agua potable y no potable tienen aproximadamente el mismo tamaño y se extienden más de 2.000 km y 1.700 km respectivamente. También se encuentran en las mismas estructuras (alcantarillas, galerías) y se pueden visitar.
Se producen cerca de 200.000 m³/día de agua no potable cada año, por 478.000 m³ / día de agua potable (datos de 2014). El consumo de agua no potable ha disminuido en más del 50% durante los últimos 20 años. Esto se debe principalmente al cierre de determinadas conexiones privadas que presentaban potenciales riesgos para la salud, así como al cierre de las cisternas que se utilizaban para limpiar el alcantarillado y que estaban siendo utilizadas en ese momento de forma no óptima.
A diferencia de la red de agua potable, la red de agua no potable solo se ha beneficiado de trabajos de mantenimiento ligero (reparación de fugas, etc.) durante los últimos veinte años. En vista del estado de las tuberías y la caída del consumo, hace tiempo que se plantea la cuestión del futuro de la red de agua no potable.
En 2009, una conferencia de consenso, organizada por el Ayuntamiento de París y que reunió a una quincena de ponentes de muy variados campos de especialización, votó principalmente a favor de mantener este patrimonio.
El 20 de marzo de 2012, el Consejo de París decidió deliberadamente mantener y optimizar la red de agua no potable, así como lanzar estudios sobre las perspectivas de desarrollo de sus usos y su extensión geográfica.
Esta decisión tiene mucho sentido en un contexto de cambio climático y escasez de recursos hídricos. En 2015, casi toda el agua no potable distribuida fue utilizada por el Ayuntamiento de París para el riego de determinados espacios verdes, abasteciendo los lagos y ríos del Bois de Boulogne y Vincennes, para el lavado de carreteras (aceras, cunetas y calzadas) y para la limpieza de alcantarillas. Los demás usuarios de agua no potable suponen menos del 1% del consumo: riego de algunos parques públicos del Estado y diversos usos industriales.
La decisión de marzo de 2012 anima a ampliar el alcance de los usos urbanos del agua no potable para ayudar a mantener la biodiversidad en la ciudad o desarrollar nuevas actividades económicas (climatización, calefacción).
Experimentando nuevos usos. Calentar o enfriar con agua no potable
En determinadas condiciones, el volumen de agua necesario para el funcionamiento de un sistema de calefacción o aire acondicionado puede tomarse de la red de agua no potable. Un intercambiador de calor, conectado a la red, extrae calorías del agua no potable, lo que permite enfriar o calentar un fluido. Después del intercambio de calor, el agua no potable se reinyecta a la red y se puede reutilizar sin tratamiento.
En este tipo de proyectos, no se trata de consumo de agua en sentido estricto ya que se devuelve. Esto tiene la ventaja de ser ecológico pero también económico, ya que el beneficiario no tiene que pagar tarifas de saneamiento.
Unas infraestructuras de estas características sería muy difícil y costoso construirlas desde cero en una ciudad moderna. París se beneficia hoy de la visión de futuro que tuvieron políticos, urbanistas e ingenieros durante el siglo XIX, y que hicieron de París, la gran ciudad que todos conocemos hoy en día.
Fuente:
Locken
Diciembre, 2020