Microplásticos en acuíferos

“Para que nuestros ríos lleguen sanos al mar“

El Recurso Hídrico y Contaminación

Los microplásticos (partículas de plástico con tamaños inferiores a medio centímetro) y sus efectos nocivos sobre la salud han sido estudiados en mares, ríos y suelos, y los expertos están comenzando a lidiar con los innumerables impactos sobre la salud humana que su presencia podría acarrear. Una parte del escenario de los microplásticos poco estudiada pero importante es el agua subterránea, que a menudo es una fuente de agua potable. 

Si bien los microplásticos en la capa freática probablemente afectan a la salud humana, solo unos pocos estudios han examinado la abundancia y el movimiento de los microplásticos en esa agua subterránea. Esta escasez de investigaciones significa que la posibilidad de que el agua subterránea produzca efectos adversos en la salud por culpa de los microplásticos sigue siendo en gran medida desconocida. 

El equipo de Teresa Baraza Piazuelo, de la Universidad de San Luis (Estados Unidos) ha contribuido a aumentar el conocimiento en este campo mediante una investigación sobre microplásticos en el agua subterránea de un acuífero kárstico.

Los microplásticos plantean múltiples riesgos físicos y químicos para los ecosistemas en los que están presentes, y esos riesgos se ven exacerbados por la longevidad de los plásticos en los entornos naturales. La capacidad de los microplásticos de permanecer en sus entornos durante decenios o incluso siglos probablemente tiene efectos perjudiciales acumulativos tanto para los organismos vivos como para la calidad del ecosistema. Su amenaza química se debe en gran medida a su capacidad para transportar compuestos nocivos en sus superficies; cuando los organismos que se encuentran en la base de la cadena alimentaria ingieren microplásticos, también ingieren las toxinas. A medida que los organismos más grandes se comen a los más pequeños, las toxinas pueden acumularse con cada nuevo eslabón de la cadena alimentaria (un proceso llamado bioacumulación), lo que suele acabar acarreando consecuencias como disfunción de los órganos, mutación genética o muerte. Tal como explica Baraza, ya de por sí los ecosistemas de cuevas son muy frágiles. Todos los organismos de las cuevas, como por ejemplo salamandras y peces ciegos, son muy vulnerables, por lo que cualquier sustancia contaminante que se introduzca en su ecosistema podría dañarlo severamente.

El agua subterránea puede permanecer en el mismo acuífero durante decenas o cientos de años, o incluso más tiempo. La combinación de ese largo tiempo de residencia con la resistencia de los plásticos a la degradación significa que esa amenaza química podría persistir en el agua y acumularse en cualquier organismo que se encuentre en ella, aumentando así la probabilidad de bioacumulación tóxica.

A fin de averiguar de dónde proceden los microplásticos presentes en el agua subterránea y cómo se mueven por los acuíferos, el equipo de Baraza ha estado tomando muestras de agua subterránea de una cueva de Misuri (Estados Unidos) semanalmente, durante todo el año, y analizando su química y su carga de microplásticos. Dado que los anteriores estudios sobre agua subterránea y microplásticos se han limitado a condiciones de baja precipitación, el equipo también está estudiando cómo los episodios de inundación afectan a las concentraciones de microplásticos en el agua subterránea.

 
Teresa Baraza Piazuelo tomando muestras de agua subterránea que sale de esta cueva investigada, en las afueras de San Luis de Misuri, en febrero de 2020, cuando el flujo era entre bajo y normal. (Foto: Teresa Baraza Piazuelo)

Teresa Baraza Piazuelo tomando muestras de agua subterránea que sale de esta cueva investigada, en las afueras de San Luis de Misuri, en febrero de 2020, cuando el flujo era entre bajo y normal. (Foto: Teresa Baraza Piazuelo)

 

Hasta el momento, el equipo de Baraza ha encontrado que, si bien los microplásticos aumentan en el agua subterránea durante una inundación, también hay un segundo pico de microplásticos después de que la inundación ha comenzado a disminuir. La explicación podría ser que hay dos fuentes de microplásticos para el agua subterránea: los microplásticos que ya están en el subsuelo y los microplásticos que acaban de llegar provenientes de la superficie.

Esta conclusión sobre las inundaciones es solo preliminar, ya que se basa en un solo caso de inundación, pero Baraza seguirá tomando muestras durante el resto del año para obtener más datos y validar los resultados.

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Octubre, 2020

El Recurso Hídrico, Contaminación