Más de un millón de barreras fragmentan los ríos europeos
“Para que nuestros ríos lleguen sanos al mar”
Ríos del Planeta
En las últimas cuatro décadas la población de peces migradores que viven en los sistemas fluviales del continente ha caído en un 90%. Los científicos establecen la relación entre la multiplicación de construcciones y el declive de estas especies
Millones de obstáculos entorpecen el curso de los ríos europeos: presas, embalses, vados, azudes, aliviaderos, canales, esclusas... El viejo continente ha transformado a voluntad los ecosistemas fluviales a lo largo de toda su historia, pero ha sido en el último siglo cuando las necesidades de población e industria han fragmentado los cursos de agua hasta convertirlos en una sucesión de tramos estancados. La multiplicación de infraestructuras que se produjo a mediados del siglo pasado es una de las principales causas del desplome de las poblaciones de peces migradores, como la lamprea, el esturión, la anguila o el salmón, que en otro tiempo abundaban en nuestros ríos y lagos.
En concreto, la actividad humana ha provocado un declive del 93% en este tipo de peces en Europa (un 76% a nivel mundial), de acuerdo con un informe firmado por 15 organizaciones, entre ellas la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), WWF y la Sociedad Zoológica de Londres (ZSL). Y la fragmentación de los ríos, resultado de ese boom de construcciones fluviales, es una de las principales causas. "Las dos cosas no son casualidad, estas barreras han convertido un sistema de agua que debe fluir en algo estancado", asegura Carlos García de Leaniz, profesor de Biociencias acuáticas en la Universidad de Swansea, "eso aumenta la sedimentación, que hace que se acumulen las graveras, cambia la fauna del río y, sobre todo, anega el hábitat que muchas especies necesitan para vivir".
Las especies más vulnerables a los cambios de caudal son aquellas que se alimentan en los deltas y desovan río arriba. Sus áreas de refugio, que dependen en gran medida de los sedimentos, son muy sensibles a los cambios en la morfología del río, a variaciones bruscas de la temperatura y diferencias en los niveles de oxígeno. Esos cambios afectan su ciclo vital y el de muchas otras especies de insectos y anfibios. Además, los embalses modifican las comunidades de macroinvertebrados y aumentan la presencia de plancton, que favorece la colonización de ciertas especies y reduce la diversidad de la fauna. "La gente piensa en los ríos como si fuesen tuberías que llevan agua desde la cabecera de la cuenca hasta el mar", señala García de Leaniz, "no se suele tener en cuenta la conectividad lateral entre el río y la llanura de inundación y la vertical a la capa freática, que son fundamentales para el ecosistema".
IDENTIFICAR LOS OBSTÁCULOS
Por eso los expertos insisten en la necesidad de restablecer la circulación natural de los ríos, subrayando además que una parte importante de las presas en Europa han quedado obsoletas. La revista Nature publicaba a finales del año pasado el inventario más completo hasta ahora de los obstáculos artificiales que impiden el flujo de estos ríos rotos a escala continental, desde Escandinavia a los Balcanes. Los investigadores del proyecto AMBER registraron 1,2 millones de estructuras en una red fluvial de 1,65 millones de kilómetros, muchas de las cuales no figuraban en ningún mapa, a menudo abandonadas. Y los autores señalan que se trata de una estimación conservadora que no incluye arroyos o cursos de agua más pequeños.
"La buena noticia de nuestro estudio es que la mayoría de las barreras tienen menos de 2 metros de altura (68%) y muchas están abandonadas: podemos plantearnos la posibilidad de eliminarlas", afirma García de Leaniz, coautor del artículo. Según el investigador, la restauración de los ríos ha adolecido hasta ahora tanto de falta de información como de ideas preconcebidas. El debate tiende a centrarse en las grandes presas, a pesar de que éstas representan menos del 1% del total de las estructuras por término medio, "las presas son la punta del iceberg; la mayor parte de los obstáculos que encontramos son azudes, tuberías, pequeñas esclusas que se acumulan y hacen muchísimo más daño". El número se convierte en un problema tan grave como el tamaño. "Si un salmón del Atlántico no puede saltar una barrera de más de cuatro metros en su migración, poco importa que esa barrera tenga 50 metros o sólo cinco".
EN ESPAÑA
España se perfila como uno de los países más fragmentados del continente. "La irregularidad hídrica y el clima seco junto a la carencia de fuentes de energía y a otros factores socioeconómicos han propiciado un gran desarrollo de las infraestructuras en nuestro país", señala César Rodríguez, secretario General de AEMS-Ríos con Vida, que también figura entre los autores del estudio en Nature. "Con unas 1.250 grandes presas operativas, es el quinto país del mundo y primero de la Unión Europea con mayor número de estas infraestructuras". En los próximos años la presión del cambio climático obliga aún más a replantear el modelo. "Para ser un país con una gran tensión hídrica seguimos utilizando el agua de una forma muy poco limpia y eficiente", añade, "tenemos mucho margen de mejora para reducir, reutilizar y reciclar el agua dulce".
Desde Ríos con Vida proponen un programa de reconversión del sistema de concesiones de agua e infraestructuras hidráulicas, "que debe ir unida a unas coordenadas de sostenibilidad razonables, eliminando instalaciones obsoletas, adaptando las que están en uso y renaturalizando los regímenes de caudales regulados". En este sentido WWF publicaba hace unos días un informe que defiende que en España podrían demolerse un 5.400 obstáculos, liberando así más de 17.000 kilómetros en nuestros ríos. La asociación señala el ejemplo de la presa de Hozseca, en el Alto Tajo, cuya eliminación, afirman, permitiría recuperar la conectividad de más de 30 kilómetros en el curso alto del río, además de revalorizar el medioambiente de la cuenca.
PRIORIZAR Y ELEGIR
A pesar de la gravedad del problema, los expertos recuerdan que allí donde se retiran las estructuras la naturaleza muestra una capacidad extraordinaria para reclamar su espacio. En el informe del UICN se cita la reconquista del río Kennebec por parte sábalos y esturiones, tras la eliminación de la presa Edwards en Maine (Estados Unidos) o los prometedores resultados iniciales de la demolición en 2019 de la presa Vezins (departamento francés de Maine y Loira). Pero un proceso de recuperación a escala continental implica también identificar aquellos ríos con más opciones de recuperación. "Hay que ser inteligente y priorizar dónde se pueden aplicar los recursos; lugares la eliminación de unos pocos obstáculos, con un menor coste, libera más kilómetros", apunta García de Leaniz.
El investigador español señala también otro ejemplo en Francia, la transformación de la presa de Poutès en río Allier (afluente del Loira). Su nuevo diseño debe permitir a varias especies subir y bajar un río del que habían desaparecido y en el que en otro tiempo fueron numerosas. Un gran espacio se abrirá en el centro del muro de hormigón de veinte metros de altura, allí se instalarán dos compuertas de cinco metros de ancho, que se mantendrán abiertas durante la migración del salmón (un mes en primavera y dos en otoño). Durante estos periodos la presa será transparente. "Es una construcción que ha hecho muchísimo daño al salmón y a otras especies migradoras", analiza García de Leaniz. "Ahora se ha llegado a un compromiso para que pueda seguir generando energía pero con área anegada pase de 3 km a 300 metros, además varios pasos, escapes y esclusas". De momento, la actual Estrategia Europea de la Biodiversidad incluye el objetivo de tener 25.000 kilómetros de río libres de barreras para el año 2030 y a finales de junio y la Comisión anunciará una propuesta revisada para la restauración de la naturaleza en el continente. "Es una propuesta ambiciosa, pero realizable", estima García de Leaniz, que ya trabaja en la continuación del proyecto AMBER, llamado Blue Rivers, que permitirá definir los tramos más propicios para su recuperación. "Pero además es fundamental que la estrategia sea coordinada, no estropear los ríos aún poco fragmentados en el continente, especialmente muchos en los Balcanes que hoy están en un estado casi prístino y sobre los que pesa la amenaza del desarrollo hidroeléctrico de estos países".
Fuente
Enero, 2022