Nueva solución para eliminar PFAS que amenazan el agua potable mundial

“Para que nuestros ríos lleguen sanos al mar”

El Agua y la Ciencia

Las sustancias perfluoroalquiladas y las polifluoroalquiladas (PFAS, por sus siglas en inglés) son un conjunto de unas 12.000 sustancias químicas sintéticas que se utilizan desde la década de 1940 en utensilios de cocina antiadherentes, maquillajes resistentes al agua, champús, productos electrónicos, envases de alimentos y muchos más productos. Contienen un enlace entre átomos de carbono y flúor que bajo las condiciones ambientales más habituales del medio natural de la Tierra no pueden romperse.

 Cuando estas sustancias químicas se filtran al medio ambiente como consecuencia de la fabricación o del uso cotidiano de los productos que los incluyen en su composición, pasan a formar parte del ciclo del agua de la Tierra. En los últimos 70 años, los PFAS han contaminado prácticamente toda el agua del planeta, y su fuerte vínculo entre el carbono y el flúor les permite pasar por la mayoría de los sistemas de tratamiento del agua sin sufrir ningún daño. Pueden acumularse en los tejidos de las personas y los animales a lo largo del tiempo y causar daños en formas que los científicos apenas están empezando a descubrir. Algunos cánceres y enfermedades de la tiroides, por ejemplo, están asociados a los PFAS.

 Por estas razones, es especialmente urgente encontrar formas de eliminar los PFAS del agua. Hay científicos experimentando con muchas tecnologías de saneamiento capaces de eliminar a los PFAS, pero la mayoría de ellas requieren temperaturas extremadamente altas, productos químicos especiales o luz ultravioleta, y a veces generan subproductos que también son perjudiciales y requieren pasos adicionales para su eliminación.

 Unos químicos de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) y de la Universidad del Noroeste, ambas en Estados Unidos, han desarrollado un método relativamente sencillo para descomponer una decena de tipos de estas sustancias químicas tan persistentes. El nuevo método funciona a temperaturas relativamente bajas y sin generar subproductos nocivos.

Lograr que el agua potable que sale por el grifo esté siempre libre de impurezas no es tarea fácil. (Foto: Amanda Mills / CDC)

El equipo de Kendall Houk (UCLA) así como William Dichtel y Brittany Trang (Universidad del Noroeste) ha comprobado que, en agua calentada a una temperatura de entre 80 y 120 grados centígrados, ciertos disolventes y reactivos que son comunes y baratos, rompen algunos de los más robustos enlaces moleculares de los PFAS. Esos PFAS cuyos enlaces se rompen sufren a continuación una reacción química que descompone gradualmente la molécula hasta hacerla desaparecer.

 La sencillez de la tecnología, las temperaturas bajas (en comparación con las requeridas por otros métodos) que se necesitan para que funcione, y la ausencia de subproductos nocivos generados durante el proceso, significan que se puede procesar al mismo tiempo tanta cantidad de agua como lo permitan el sistema para calentarla y la disponibilidad de los productos necesarios, sin ninguna otra limitación. Con el tiempo, esta tecnología podría hacer mucho más fácil para las depuradoras la eliminación de los PFAS del agua potable.

 Houk y sus colegas esperan que estos resultados alentadores conduzcan a nuevas investigaciones que permitan encontrar procesos para eliminar a los demás tipos de PFAS.

 El equipo de Houk expone los detalles técnicos del nuevo método en la revista académica Science, bajo el título “Low-temperature mineralization of perfluorocarboxylic acids”.

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Septiembre, 2022

El Agua y, la Ciencia