Nuevos retos: La inteligencia que redefinirá la gestión del agua

“Para que nuestros ríos lleguen sanos al mar”

Acceso al Recurso Hídrico

Inicié mi andadura por la industria del agua el siglo pasado, cuando la Inteligencia Artificial (IA) era algo que solo funcionaba en Star Trek. Con los años me zambullí en los entresijos del GIS, y la gestión y analítica de datos en varias compañías, en especial, en el Grupo AGBAR. Y aprendí bastante del noble arte de exprimir los datos para conseguir tomas mejores decisiones, tanto que hace unos siete años me atreví a grabar y compartir un vídeo en mi canal de YouTube con consejos sobre las áreas de Tecnología donde las empresas deberían poner el foco para ser más eficientes. Hoy reviso ese vídeo con una mezcla de nostalgia y estupor al comprobar cómo los tremendos avances de estos últimos años han relegado a esos consejos al baúl de la obviedad tecnológica.

Hacer volar drones en sistemas de alcantarillado para realizar inspecciones que generan informes semi automáticos no es ciencia ficción. Como tampoco lo es que operadores de campo sin experiencia en la localización de fugas puedan hacerlo usando algoritmos de discriminación de sonidos de fuga en su dispositivo móvil. Estos proyectos que comenzaron como simples ideas locas han sido mi vida estos últimos años gracias al auge y democratización de la inteligencia artificial.

He podido trabajar de primera mano en el diseño y entrenamiento de agentes expertos que pudieran aplicarse a la resolución de casos críticos en la operación de redes de abastecimiento como la eficiencia energética en redes de transporte, la detección de fugas o la regulación de presiones. Gracias a la aplicación de técnicas de Aprendizaje por Refuerzo, estos agentes son capaces de razonar y recomendar las acciones necesarias tal como lo haría nuestros ingenieros más expertos. Además, el avance en la generación de simuladores que aporta este tipo de tecnologías trae implícitas unas oportunidades enormes de mejora de los procesos de planificación hidrológica o mercados de agua como he tenido el placer de comprobar en persona. Pero lo mejor estaba por llegar.

El avance de la IA ha hecho que los procesos de ideación, experimentación y puesta en marcha de una idea sean más rápidos que antes

Con la llegada de la Inteligencia Artificial Generativa que todos relacionamos con ChatGPT, he sido capaz de interactuar con un agente usando un lenguaje natural para interrogar a simuladores hidráulicos sin necesidad de ser un experto en la materia o usar complejos sistemas informáticos. Esta misma tecnología me está permitiendo actualmente encontrar soluciones factibles al eterno problema que tanto pregoné en su día: la retención del conocimiento en los organismos y empresas de agua. Con el uso de Bases de Datos de Conocimiento basadas en grafos estoy consiguiendo obtener y consolidar la sabiduría diseminada en multitud de cerebros, bien sea a partir de la documentación que generan o de la grabación de entrevistas. La inteligencia artificial generativa es tremendamente útil a la hora de realizar el proceso de obtención, síntesis, estructuración y almacenamiento de ese conocimiento de manera que sea sencilla su explotación.

Las posibilidades son infinitas. Créanme. Y aunque es una frase que puede resultar manida, hoy tiene todo el sentido del mundo. El avance exponencial en las herramientas de inteligencia artificial que se liberan cada día ha provocado que los procesos de ideación, experimentación y puesta en marcha de una idea que pudiera parecer hasta hace pocos años peregrina sean mucho más rápidos que antes. La drástica reducción de la complejidad provocada con la llegada de estas técnicas hace que la tecnología haya dejado de ser la barrera principal para conseguir la eficiencia tan ansiada en la gestión del agua. El foco ya no está el cómo, sino en el porqué. Pocas excusas caben ya para no acelerar la eficiencia operativa.  

Muchos dirán que la tecnología no está preparada para ser productiva. Y no es descabellada tal afirmación. Ahora bien, eso no exime de la necesidad de implementarla de manera gradual y controlada en nuestros procesos de gestión. Tan solo es cuestión de plantear una hoja de ruta decidida. La inteligencia artificial hará el resto.

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Junio, 2024