El cambio climático es un tema de actualidad, pero poca gente sabe detallar en qué consiste”
"Para que nuestros ríos lleguen sanos al mar"
El Agua y el Cambio Climático
La meteoróloga y presentadora del tiempo de Antena 3 Mercedes Martín se define como “apasionada de la oceanografía y el clima”. Su conocimiento de la situación climática y su rigor a la hora de trasmitir la información diaria del tiempo hacen de ella una de las figuras más seguidas hoy en día en televisión.
A todo ello se suma su precisa visión sobre los fenómenos climáticos, que a lo largo de esta entrevista explica de forma detallada y sencilla, como la gran comunicadora que es.
Pregunta: Sra. Martín, en primer lugar, nos gustaría que describiera su perfil profesional. ¿Cómo desarrolló su vocación por la meteorología y la oceanografía?
Respuesta: Soy meteoróloga y presentadora del tiempo de la edición matinal de Antena 3 televisión desde hace 3 años. Algo en lo que sinceramente jamás habría pensado cuando di mis primeros pasos por las aulas de la Universidad de Cádiz donde comencé a estudiar Oceanografía. Allí llegué procedente de Écija con mucha ilusión porque siempre había soñado con dedicarme a algún asunto relacionado con el mar.
Desde pequeñita mis padres me llevaban en verano a las playas de Isla Cristina y mi madre siempre me dice que me quedaba embobada viendo las olas desde la orilla. Se puede decir que tengo una especial conexión con el mar desde siempre. La Universidad de Cádiz me brindó la oportunidad de educarme en la materia, pero tenía claro que necesitaba seguir formándome en una especialidad y, por ello, dejé mi añorada Cádiz para poner rumbo a la fría Munich donde estudié en la TUM teledetección aplicada. De ahí me surgió la gran oportunidad de ir al National History Museum donde formé parte del programa de Investigación Marie Curie ‘Throughflow Project’ y donde ayudé a once investigadores a reconstruir los orígenes de la biodiversidad en los ecosistemas marinos más diversos de la Tierra. Nuestro objetivo era comprender cómo el pasado había moldeado los ecosistemas vivos y así utilizar esa información para predecir mejor el impacto del cambio climático.
Un año más tarde, regresé a España para continuar con mis estudios. Me matriculé en la Facultad de Física y terminé especializándome en Meteorología. Hice las prácticas en Televisión Española y surgió la posibilidad de seguir con la comunicación. La joven que iba a embarcarse en un buque francés, para estudiar el Atlántico Ecuatorial, acababa en un plató de televisión.
P.- Como experta de la información meteorológica, ¿cree que hay un mayor interés por parte de la audiencia en el seguimiento de la situación desde que se habla de forma casi constante del calentamiento global?
R.- Sí, desde que la sociedad es consciente de cómo el cambio climático va a reducir su bienestar. El cambio climático no sólo hace que suba la temperatura de la Tierra, también aumentará el precio de las facturas que pagamos.
La frecuencia y gravedad de los fenómenos meteorológicos extremos derivados del cambio climático, como las inundaciones, olas de frío y calor o los períodos de sequía, se ha incrementado en las últimas décadas... y en España lo estamos sufriendo.
Estos eventos plantean la necesidad de gestionar los riesgos y desastres derivados de los mismos, para mejorar nuestra adaptación al cambio global. A raíz del progresivo incremento de la temperatura media global para el resto del siglo XXI, es muy probable que siga aumentando la frecuencia de estos fenómenos extremos. En Europa, los mayores riesgos serán las inundaciones, la disponibilidad de agua dulce, así como los episodios de calor extremo, según advierte el Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC).
P.- ¿Por qué cree que es necesario que existan profesionales de la meteorología concienciados en el tema del cambio climático?
R.- El cambio climático es un tema de actualidad, pero muy poca gente es capaz de detallar en qué consiste, cuáles son sus consecuencias, por qué se produce y cómo enfrentarse a él para combatirlo o mitigar sus efectos... y ahí está nuestro reto: informar de ello con rigor, honestidad, transparencia y sin alarmismo.
La información se ha democratizado, Internet ha revolucionado la forma de contar las cosas, pero en estos tiempos de “fake news”, se hace más necesaria que nunca una visión rigurosa de los hechos. Por eso, la especialización resulta esencial, porque solo una sociedad bien informada es capaz de tomar decisiones motivadas y, en ocasiones difíciles, en torno a cuestiones no exentas de incertidumbres. Y aunque los “negacionistas” existen, hoy son pocos quienes dudan de que la Tierra está sometida a un proceso de cambio climático y que, por primera vez en la historia de nuestro planeta, este fenómeno tiene un origen humano, como puso de manifiesto el IPCC. La deforestación de las selvas, el agujero de la capa de ozono, la degradación de los océanos y la emisión masiva a la atmósfera de millones de toneladas de gases de efecto invernadero están llevando al planeta a un punto extremo que podría tener consecuencias desastrosas. La sociedad tiene derecho a saber y también la obligación de actuar. La nuestra es informar y adelantarnos a los acontecimientos.
P.- ¿Cómo está influyendo el fenómeno en el panorama climático de nuestro país?
R.- España sería uno de los países europeos más afectados por el cambio climático, y uno de los efectos más directos sería la desaparición o alteración de los ecosistemas. Preocupa sobre todo la supervivencia del oso pardo, pero también la proliferación de especies exóticas, por el aumento de la temperatura del agua, como la medusa o el mejillón cebra que afecta a la fauna y flora autóctona.
La agricultura también sufriría los efectos del cambio climático. De hecho, el sector vitivinícola ya está viendo su producción afectada, con mayor riesgo de heladas, menores períodos de maduración de la uva, falta de agua y cambios en los patrones de plagas y enfermedades.
También se sentirán los efectos en los sectores que dependen directamente del clima, como es el caso del turismo. El calor ya traspasa en determinados momentos del año la “temperatura de confort” tanto en zonas de interior como de playa. A esto hay que sumarle la subida del nivel del mar. Durante la segunda mitad del siglo hasta 2020, hectáreas de terreno en la costa de Bizkaia se encontrarán en riesgo de inundación. Además, el aumento de la temperatura media y la disminución de las precipitaciones crearán el caldo de cultivo ideal para los incendios forestales, más virulentos y difíciles de combatir.
El cambio climático también presenta riesgos para la salud. En primer lugar, las olas de frío y calor extremo serán más extremas y duraderas. El incremento de la temperatura favorecerá las condiciones de habitabilidad de varios tipos de mosquitos y su capacidad de transmitir enfermedades infecciosas como la meningitis y la hepatitis. Y otras enfermedades ya erradicadas, como la malaria, podrían volver a reaparecer.
P.- En este sentido, ¿cree que el mensaje sobre sus efectos está llegando de forma clara? Desde su perspectiva como meteoróloga en un canal de TV, ¿cómo transmitir a los ciudadanos mensajes que parecen contradictorios, como que alcanzar temperaturas bajo cero no implica que el calentamiento haya cesado o no esté ocurriendo?
R.- Lo primero es diferenciar el clima del tiempo. El clima es una conjunción de fenómenos meteorológicos consolidados a lo largo de los años, como las temperaturas y las precipitaciones promedio. En cambio, el tiempo son fenómenos meteorológicos que se producen en un momento determinado.
"El aumento sostenido de la temperatura promedio en el planeta es una realidad indiscutible"
El cambio climático produce modificaciones en las medias de las precipitaciones y de las temperaturas. También puede provocar un aumento de la frecuencia de eventos extremos, como las olas de calor, o las olas de frío. Pero no se puede vincular un hecho aislado, una ola polar en particular, con el cambio climático. Se puede decir que favoreció la generación de ciclones en el Pacífico y de huracanes en el Atlántico, pero no que es el causante de un determinado ciclón o huracán. Lo mismo vale para la “bestia del este”, una masa de aire frío siberiano que congeló a Europa hace unas semanas. No es posible afirmar que sea una consecuencia directa del cambio climático, pero probablemente sea una expresión más de un fenómeno que sí es un resultado de aquél: la reiteración de episodios extremos.
El cambio climático es consecuencia de que aumenten las concentraciones de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera. Esto provoca forzamientos radiativos que suponen un cambio en su balance energético, lo cual desencadena distintos fenómenos meteorológicos. El más importante de todos es el aumento de las temperaturas promedio en el mundo. Lo que se conoce como calentamiento global.
El aumento sostenido de la temperatura promedio en el planeta es una realidad indiscutible. Esto provoca una amplia gama de desequilibrios que se manifiestan en fenómenos meteorológicos extremos. Huracanas, ciclones, borrascas profundas y cambios abruptos en el tiempo son algunos ejemplos cada vez más habituales.
Es probable que temperaturas o lluvias inusuales ocurran en función del calentamiento global, incluyendo temperaturas extremadamente bajas.
P.- Este último año, España ha experimentado una grave sequía, además de varias olas de calor durante el verano. ¿Será está la nueva normalidad en nuestro país? ¿Qué consejos daría para afrontar estas situaciones?
R.- Sin duda será uno de los grandes retos de este año en España tras un 2017 marcado por una intensa sequía y los incendios. La falta de lluvia ha dejado los embalses bajo mínimos y ha obligado a restringir el uso de agua. Es nuestra obligación hacer un uso responsable: ducharnos en vez de bañarnos, instalar sistemas de ahorro de agua en grifos, duchas o cisternas, arreglar fugas o averías, usar sistemas de riego por goteo y no vaciar las piscinas de forma injustificada.
La modernización de las infraestructuras y las reservas hídricas o la creación de nuevas fuentes de suministro, como las plantas desalinizadoras y desalobradoras, son algunas medidas previsoras que también deben tomarse.
Para paliar los impactos en la agricultura, uno de los sectores más castigados, son fundamentales el empleo correcto de la tierra y de las técnicas agrícolas o la selección de plantas resistentes a las sequías.
Ante una ola de calor, toda prevención es poca. Experimentar durante tres (o más) días consecutivos unas temperaturas anormalmente altas tiene importantes efectos para la salud, que pueden llevar incluso a la muerte. Por eso es especialmente importante proteger a los más vulnerables: niños pequeños, ancianos, embarazadas y personas que toman antidepresivos o alcohol en exceso.
Los problemas de salud asociados a las altas temperaturas pueden evitarse con medidas muy sencillas: beber mucha agua, permanecer en lugares frescos, tomar baños con frecuencia, bajar las persianas para evitar que el sol entre directamente a la casa y cerrar ventanas. En cuanto a la alimentación… mejor hacer comidas ligeras como ensaladas, frutas y verduras. También es importante no hacer ejercicio en las horas centrales del día y protegernos del Sol.
P.- La mayoría de países del mundo abogan por luchar contra el cambio climático. ¿Cómo valora el objetivo de no incrementar la temperatura más de 2º C? ¿Qué opina sobre la posición del Estados Unidos en este sentido?
R.- Que la temperatura media del planeta aumente en 2ºC como máximo para finales de siglo es el objetivo común. Según han consensuado los científicos, un incremento mayor conllevaría impactos extremadamente negativos para los ecosistemas, la economía y la vida. Esto no significa que hasta 2ºC no se produzca un impacto grave, pero sería un mal asumible.
La trayectoria actual es preocupante, porque está bastante alejada de los 2ºC marcados como objetivo. Los modelos climáticos nos indican que nos encontramos en una senda que nos lleva a incrementos de en torno a 3,5º hacia finales de siglo (con respecto a la época pre-industrial).
Estados Unidos ha dejado de ser un aliado del planeta. La ruptura es crucial, pero no representa una sorpresa. Pese a que EE.UU. es el segundo emisor global de gases de efecto invernadero, Trump siempre se ha mostrado reacio al Acuerdo de París. En numerosas ocasiones ha negado que el aumento de las temperaturas se deba a la mano del hombre. Incluso se ha burlado de ello. “Acepto que el cambio climático esté causando algunos problemas: nos hace gastar miles de millones de dólares en desarrollar tecnologías que no necesitamos”, ha escrito en América lisiada, su libro programático.
La suma de las emisiones de CO2 de todos los países de la Unión Europea no alcanza ni de lejos las de Estados unidos. El país norteamericano es el segundo mayor emisor del mundo, solo superado por China, que dobla las toneladas de CO2 emitidas a la atmósfera por EE.UU.
P.- Se declara apasionada de la oceanografía. ¿Cuáles cree que son las mayores presiones que soportan actualmente los océanos?
R.- La influencia de los océanos es fundamental para la vida humana, pero en las dos últimas décadas estos han sufrido un alarmante proceso de degradación. El mar se está convirtiendo, literalmente, en un gran vertedero, cada vez más ácido y caliente.
La cantidad de objetos de plástico que flotan en la superficie de nuestros mares y océanos se ha incrementado alrededor de cien veces en los últimos 40 años, según datos de la Asociación Ambiente Europeo (AAE). Cerca de siete millones de toneladas de residuos son arrojadas al mar anualmente y más de 600 especies marinas y también aves se ven especialmente afectadas por la basura.
La Amazonía no es el verdadero pulmón de la Tierra. El 60% del oxígeno que respiramos proviene de los océanos. Generan la mayor parte del oxígeno que respiramos, absorbe una gran cantidad de las emisiones de carbono, ofrece comida y nutrientes, regula el clima, y son económicamente importantes para los países que confían en el turismo, la pesca y otros recursos marinos para sus ingresos. Desafortunadamente, la presión humana, que incluye la sobreexplotación pesquera y la pesca ilegal, desconocida o sin regular, así como las insostenibles prácticas de acuicultura, la polución marina, la destrucción del hábitat, las especies invasivas, el cambio climático y la acidificación, están causando un grave daño a los océanos y los mares… aunque suene paradójico, estos se están ahogando.
Aunque algunos modelos generan posibles escenarios de cambio climático, es difícil predecir cómo se comportarán las especies marinas cuando se intensifiquen distintos tipos de estrés en los océanos. Pero sí sabemos que debemos actuar ahora si queremos limitar el calentamiento y la acidificación de los océanos, así como los efectos que ambas cosas producen en el medio ambiente y nuestro bienestar. El objetivo es adoptar medidas para proteger a los mares de acciones humanas como la contaminación, el cambio climático o la sobrepesca.
P.- Como usuaria activa de las redes sociales, ¿cree que son un medio efectivo para transmitir información sobre el tiempo y el clima a los ciudadanos?
R.- Las redes sociales no sólo permiten llegar de una forma directa a muchos más usuarios que otros medios de comunicación tradicionales… además, nos permiten acceder a multitud de fuentes, documentos y archivos específicos en un tiempo récord.
Twitter es una estupenda red social para los profesionales de la prensa y la comunicación. En dos sentidos: tanto para captar información (fuentes que estén tuiteando hechos noticiables, datos de repercusión de un tema específico, contactos con expertos que puedan ayudarnos en un área determinada); como para facilitar información a otros (a través de la difusión de titulares y enlaces, adecuadamente redactados para Twitter).
Eso sí, el comunicador científico debe ser capaz de filtrar, comprobar y acreditar esos nuevos contenidos que se generan en los Social Media y llevar a cabo un trabajo informativo completo y eficaz, sin olvidar la veracidad y el rigor que debe desprenderse de cualquier noticia.
FUENTE:
ABRIL 2018