Cláudio Vinícius Rodrigues ...Pintura / Brasil...Sellos Postales

"Para que nuestros ríos lleguen sanos al mar"

Artes, Ríos y Sellos Postales

Pinturas

Cláudio Vinícius Rodrigues

Mineiro de Belo Horizonte, nacido en 1955, Claudio Vinícius Rodrigues inició en las artes a los 13 años.En nuestra conversación relajada de aquella tarde, recordó los días difíciles, en que salía con material debajo de los brazos, y atravesaba la ciudad hasta Pedro Leopoldo, para las clases que lo iniciaron en el mundo de las técnicas y de las percepciones.Alberto Braga fue el tutor que desveló esos caminos.Más tarde, convivió en paralelo con la profesión de la ingeniería electrónica, hasta que el camino decidiera únicamente por el carril de las Artes.

Hace mucho tiempo ya nos ofrece una pintura madura, detallada en la paciencia de muchas horas y dominada en todas sus posibles dificultades.Hay que resaltar la fuerza de sus colores y el equilibrio de sus composiciones, preferentemente los paisajes con sus ríos de aguas tranquilas y caminos con misteriosas curvas.Diría que el Cláudio es el Peder Monsted de los trópicos.

Una curiosidad de su carrera fue la donación de una de sus pantallas a Ronald Reagan, entonces presidente de Estados Unidos, cuando estuvo en Brasil en diciembre de1982. Auna escena de la Iglesia San Francisco de Asís,en Ouro Preto, fue entregado con honores por Sandoval de Morais, en la época director-presidente de la Progreso Ingeniería de Sistemas ltda.

Una de sus primeras proyecciones en el escenario internacional fue la participación de Artexpo New York, la mayor feria de artes plásticas y arte popular del mundo.Además de la obra en la Casa Blanca, todavía está en los acervos de la Ward Nasse Gallery, en el encantador barrio del Soho,en Nueva York, en el museo Magnolia Plantation and Gardens, en Charlestone, Carolina del Sur y también en el Museo de Londres.Se quedó sin fronteras, la galería para el Claudio Vinícius.

Me quedaré con el eterno recuerdo de aquella tarde donde conocí una leyenda de la pintura brasileña y de las carcajadas del Túlio, que no me hacen olvidar otros recuerdos.

Publicado porJosé Rosario