Poesía de Andrés Eloy Blanco "La barca futura" / Leyenda "Kitezh, de la ópera a la leyenda y viceversa"

"Para que nuestros ríos lleguen sanos al mar"

Poesía, Ríos y Leyendas

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BIOGRAFÍA

Andrés Eloy Blanco Meaño nació en Cumaná, Venezuela,  el 6 de agosto de 1896. Estudió en Caracas, donde se incorporó al Círculo de Bellas Artes en 1913. En 1918 recibió su primer galardón por el poema pastoral "Canto a la Espiga y al Arado", y publicó su primera obra dramática, El huerto de la epopeya. Ese mismo año fue encarcelado por participar en manifestaciones contra el régimen, siendo ya estudiante de Derecho en la Universidad Central de Venezuela.

En 1923 obtuvo el primer premio en los Juegos Florales de Santander (Cantabria), España con su poema "Canto a España". Viajó a España para recibir el premio, y permaneció allí más de un año, donde tuvo la ocasión de familiarizarse con las vanguardias y fue nombrado miembro de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras. En 1924 viajó a La Habana (Cuba), donde se reunió con intelectuales cubanos y venezolanos exiliados.

A su regreso a Venezuela comenzó a editar clandestinamente el periódico disidente "El Imparcial", que sería el órgano de difusión de las proscriptas agrupaciones Unión Social Constructiva Americana y Frente de Acción Revolucionaria.

Fue encarcelado tras el golpe de estado del 7 de abril, y confinado en Puerto Cabello hasta 1932, cuando fue liberado por motivos de salud.

Continuó su producción literaria publicando Poda en 1934.

Fue nombrado jefe del Servicio de Gabinete en el Ministerio de Obras Públicas pero el cargo no le duró mucho por su postura fuertemente crítica frente a la represión de las manifestaciones del 14 de febrero de 1936 y su pertenencia a la Organización Revolucionaria Venezolana. Ese mismo año fue nombrado Inspector de Consulados, y viajó a Cuba, Estados Unidos y Canadá; cargo al que renunció en 1937.

Fue miembro fundador del  Partido Democrático Nacional y elegido diputado del Congreso Nacional.

A comienzos de la años 1940 integró su partido en la recién fundada Acción Democrática, y trabajó para la candidatura de Rómulo Gallegos. En 1944 se casó con Lilina Iturbe

En 1946 fue electo presidente de la Asamblea Nacional Constituyente convocada para la reforma de la constitución, que instauró el sufragio universal, secreto y directo. En 1948 fue nombrado Ministro de Relaciones Exteriores por el presidente Gallegos. Tras su derrocamiento por Carlos Delgado Chalbaud, se exiló en México, donde se dedicó a tiempo completo a la poesía.

El 21 de mayo de 1955 perdió la vida en un accidente de tránsito.

escritores

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La barca futura

Río de las Siete Estrellas,

camino del Libertador,

sangre del Corazón de América,

¡aorta que no sale del corazón!

Río delgado de las fuentes

río colérico de los saltos,

río de las siete estrellas,

que en la Fuente no llenas el hueco de las manos

y luego eres el sueño de un mar sin continencia!

Río brujo, que te pintas de todos los cielos,

Río de La Urbana, planicie pampera,

Río de San Félix, solución de gloria,

Río de Angostura, cauce de la guerra,

Río de Barrancas, Río de pensar

cómo puede haber tanta agua en la Tierra,

Río de nuestra Esperanza,

cuando la Esperanza sea!

Río de nosotros, nuestro espejo mismo,

espejo de esta alma nuestra,

por la cual, incansable como tú de horizontes,

trasudamos en vueltas y revueltas!,P> No he de poner mis manos sobre tu lomo,

no he de pintar tus riberas,

que si en la izquierda tienes el corazón de las ciudades,

en la derecha levantas el brazo de las selvas;

no he de tocar tus aguas, tus millones de gotas,

que son el diezmo de las cumbres para el culto de las praderas,

no he de caminar por tus ondas,

que ya vendrá el Maestro caminando por ellas.

Sólo quiero ensanchar los ojos

hacia el desfile futuro que por tus aguas navega

y hacia el desfile del pasado,

hacia la realidad y la promesa,

hacia la barca de Antonio Díaz

y hacia el hondo sueño en que sueñas

con la proa del acorazado,

como los niños campesinos con su vapor de cuerdas,

con el barco de acero

que avance hacia tus fuentes aureolado de velas

y parada en el tope la paloma del Iris,

abierto el pecho por tus Siete Estrellas…

La Leyenda

Kitezh, de la ópera a la leyenda y viceversa

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“La leyenda de la ciudad invisible de Kitezh y la doncella Fevróniya” (Сказание о невидимом граде Китеже и деве Февронии; Skazániye o nevídimom grade Kítezhe i deve Fevrónii) es considerada la obra maestra de Rimski-Kórsakov. Fue el autor de la música que acompañó el libreto escrito por Vladímir Nikoláievich Belski: un rejuego perfecto que complementa la vasta escenografía y traspola al público al siglo XIII.

La creación de esta ópera en cuatro actos concluyó en 1905 y su estreno fue en el Teatro Mariinski de San Petersburgo, en febrero de 1907.

Su historia se basa precisamente en una leyenda rusa. Cuentan que la ciudad Kitezh estaba situada a orillas del lago Svetloiar. Por otra parte, Fevronia era una joven que vivía permanentemente en el bosque, alejada de otros seres humanos.

Por eso tuvo la oportunidad de socorrer a Vsevolod, hijo del gran duque de Kitezh, quien fue herido por un oso en medio de la tupida selva. Ella utilizó todos sus conocimientos de supervivencia para salvarle la vida y él se enamoró de su entrega y su destreza para resolver problemas prácticos. 

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Tanto fue así que el joven decidió desposarla, sin revelarle su verdadera identidad. Pero la felicidad les duró poco porque pronto la ciudad fue atacada por los tártaros-mongoles y Fevronia terminó como rehén de las tropas invasoras. 

Entre los capturados estaba también el vagabundo Kutierma, quien fue obligado a guiar a los invasores hasta la urbe conocida como Kitezh la Grande.

Todo esto sucedía a orillas del pequeño lago Svetloiar, al este del río Volga. Cerca también estaba Kitezh, la pequeña, que finalmente fue saqueada.

En el combate con los tártaros, en defensa de Kitezh la Grande, murió Vsevolod. Pronto, Fevronia provocó una niebla dorada y espesa que cubrió todo y aterrorizó al enemigo. A ritmo de las campanadas de la iglesia, los conquistadores huyeron despavoridos. 

Según la leyenda, la ciudad terminó hundida en las profundidades del lago y algunos dicen que quien se asome a sus aguas y mire con detalle, podrá verla en el fondo.

Así, esta historia ha pasado de generación en generación. Muchas manifestaciones artísticas la han tomado como inspiración. Sin embargo, una de sus representaciones más aplaudidas es, sin dudas, la ópera de Rimski-Kórsakov.

Como dijo el escritor Vicente Molina Foix: “La leyenda de la ciudad invisible de Kitej y la doncella Fevroniya (en su novelesco título completo), estrenada en San Petersburgo en febrero de 1907, es una de las que mejor nos permite conocer la vertiente fantástica de su música y el influjo del Simbolismo, en mi opinión decisivo para entender esa peculiar fusión ‘rimskiana’ de lo místico y lo sensual”.

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 Fuente:

Publicado: 2018.07.11

Laura Barrera Jerez