Poesía de Rayen Kvyeh "FIU FIU (BÍO BÍO)" / Leyenda "La aparecida del Puente de Ovando (Boulevard 5 de Mayo, antes Río San Francisco)"

"Para que nuestros ríos lleguen sanos al mar"

Poesía, Ríos y Leyendas

Poesía

RAYEN KVYEH – Bibliografia

El evento principal del Segundo Encuentro Internacional de Escritores en Lenguas Indígenas que se desarrolló en la capital del estado de Tabasco, Villahermosa (México), fue el homenaje en vida que se realizó el pasado lunes a la poeta mapuche y luchadora social, Rayen Kvyeh. Una incansable activista en la lucha por su pueblo, poeta e impulsora del arte. Además se ha enfrentado a la tortura, la persecución y el exilio por defender sus raíces mapuches.

Por su destacable labor, Kvyeh recibió el reconocimiento de México y medalla “Árbol de la vida”, por su distinguida labor en apoyo a la difusión de la literatura en lenguas originarias, otorgado en conjunto con Escritores en Lenguas Indígenas A. C. (ELIAC) y el Instituto Nacional en Lenguas Indígenas (INALI), así como un reconocimiento internacional por los delegados de los países invitados (Bolivia, Colombia, Chile, China, España, Estados Unidos, Japón, Ecuador, Italia, México, Nicaragua y Venezuela).

La activista, expresó su agradecimiento antes las muestras de cariño y admiración de sus compañeros de letras, también defensores de las lenguas originarias. “Este reconocimiento que ustedes dan, se la están dando a la palabra de la tierra mapuche, Mapu Ñuke”, dijo la galardonada que vive en Temuco.

Kvyeh, quien se ha enfrentado al encarcelamiento, a la tortura, a la persecución y al exilio, destacó la importancia del encuentro de la palabra en tiempos como los que se viven actualmente.

“Ha hecho que nuestros espíritus estén unidos, que nuestros espíritus sean tan fuertes que puedan llevar nuestro canto muy lejos cruzando las montañas…los hombres y las mujeres de estas tierras generosas de los primeros pueblos de este planeta, tienen un futuro pleno de vida, conocimiento y de sabiduría”.

Conmovida, relató en su lengua originaria y en español, un sueño que tuvo cuando presentaron una orden de desalojo para su pueblo, en ese sueño-poema destaca la labor que ha hecho hasta ahora para salvaguardar a su pueblo mapuche.

“En valles y montañas,rewe, pewen, foie/ su toki yerguen/para liberarte y defenderte/acariciarte y amarte madre tierra”.

El segundo día del encuentro, culminó con un recital internacional dedicado a Rayen Kvyeh, y el anuncio oficial de que el Tercer Encuentro Internacional de Escritores en Lenguas Indígenas, se realizará en Estados Unidos.

FIU  FIU  (BÍO  BÍO)

Corren los ríos como sangre por la tierra  

llevando los sueños de mis abuelos  

alimento de nuestra liberación.

Por eso Bío Bío  

te encarcelan en represas.  

FUXALEUFU  

Tú que llevas el aliento de las araucarias.  

Tú que cuentas las historias en  

el LAFQUENMAPU  

Y  transmites el mensaje de la nieve  

en el llanto frío del invierno  

que riega a mis hermanos.  

Por eso te codician  

Bío Bío, gran río.

Hombres extranjeros  

no ven el palpitar de nuestra historia  

en tus aguas.  

Quieren detener tu canto  

y acallar nuestras voces ancestrales.  

Cóndores del sol tus aguas besan.  

Mis abuelos se levantan. 

La Leyenda

La aparecida del Puente de Ovando (Boulevard 5 de Mayo, antes Río San Francisco

Cuentan que la familia Ovando en su época fue la más poderosa de Puebla. Testimonio de su grandeza es el llamado puente de Ovando que, dice la tradición fue construido por ellos para tener acceso a su casa de campo en las afueras de la ciudad. 

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 Un Ovando tuvo dos hijos: un valiente y un esforzado hombre, y una de las bellezas más hermosas que han vivido en Puebla. Llegados los 16 la muchacha, la noble Ovando, buscaba pareja, con la ingenuidad de su joven vida, se dejo guiar por sus sentimientos creyendo que podía elegir a su antojo, aunque fuera a un joven de mediana posición, contraviniendo su linaje, desacatando las ordenes del viejo patriarca. 

 -Pero padre, yo lo amo- decía la doncella suplicante. 

-¿Qué tiene que ver el amor con el matrimonio?- respondió el patriarca – solo te casaras con alguien de tu alcurnia. ¿Quieres casarte con un pobretón? Primero muerto que viéndote pedir limosna en un puente. 

La hija se sentía indefensa ante las recriminaciones del padre que solo hablaba de la grandeza de la familia, el único consuelo que le quedó  fue llorar ante la mirada firme de su progenitor.

Al pasar los días supo con certeza que todo estaba perdido, y pensaba en silencio:” todo habría sido fácil sino me hubiera enamorado”, ahora solo le quedaba perder su calidad de doncella y su padre tenía que aceptar la unión para no enfrentarse a la deshonra.

Para ello escogieron un día en el que el padre, pretextando negocios de diverso índole, se ausentó de la casa familiar, y en su casa, en la cama, donde 16 años atrás había nacido la joven, se unieron de la forma dulce como solo lo hacen los verdaderamente enamorados.

 En medio de su pasión no pudieron percibir como se abría lentamente el armario,  ni vieron la súbita aparición que un joven que con grito estentóreo y una pistola en mano los señaló. 

 -¡TÚ!- gritó el aparecido con una voz que resonó hasta el otro lado del río  San Francisco. 

 -¡Hermano!- gritó a su voz la noble Ovando.

Todo lo demás sucedió en un abrir y cerrar de ojos. Al instante se oyó un disparo hiriendo de muerte a la doncella  que trato de proteger a su amado. Este último trato de tomar la espada, pero no fue lo suficientemente rápido pare evitar que el joven Ovando le cortara el cuello con una daga de cinto que llevaba siempre consigo. La última expresión de la doncella delató el horror de esos momentos y su cuerpo suplicante cayó sobre un charco de sangre. El joven Ovando enloquecido tomo su daga de cinto y de un tajo le corto el cuello al irreverente.

Hubo luto riguroso en la casa de los Ovando durante varios días.

El hijo se salvó de la cárcel porque se dijo que fue un crimen de honor. Pero ni todo su dinero fue capaz de liberarlo de la venganza de  la familia del pretendiente, tiempo después lo liquidaron cuatro hombres en un callejón. Más triste fue la historia del padre.

Ovando era un buen  hombre y amaba  a su hija. Tras de su muerte trato de mitigar su dolor con la bebida y mucha veces se vio en la necesidad de cruzar el puente a altas horas de la noche. En un día lluvioso se fijó en una mujer a la entrada del puente que pedía limosna.  

- Por la sangre de Cristo Señor, deme una moneda- dijo la fantasmal figura. 

 -Mujer necia, ¿Qué hora es esta de pedir a la entrada de mi puente?

-¿No me reconoces padre?- dijo la voz de ultratumba –pido limosna y pediré a tu descendencia hasta el fin del mundo, por cuanto fui muerta a manos de mi propia familia.

 - ¿Quién eres... ser del mal? – replicó el anciano horrorizado. 

- ¡Mírame! – ilumino un relámpago la figura. 

-¡No! Esto no es verdad. 

- ¡Mírame de nuevo! – repitió la aparición que en todo era la imagen de su hija.

-¡No! – gritó un desesperado Ovando, tratando de cruzar el puente que lo acercaba a su casa. No llegó lejos, porque el agua del río se elevó cubriéndolo, y arrastrándolo al fondo sin posibilidades de salvación. Su cuerpo fue descubierto dos días después lejos de la ciudad.

Hasta el día de hoy los más antiguos habitantes de Analco, sostienen que si uno cruza ese puente a media noche aparece una mujer pidiendo tributo. Si se le entrega la moneda se puede pasar libremente, sino, una fuerza visible te jala hacia abajo, del que antes fuera el Río San Francisco y hoy es el Boulevard 5 de mayo.

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