Presa de Brumadinho en Brasil: ¿Qué falló en la rotura del dique que ha dejado al menos 37 muertos y casi 400 desaparecidos?
"Para que nuestrso ríos lleguen sanos al mar"
Infraestructura Hídrica
Los equipos de rescate trabajan sin descanso a estas horas en la zona afectada.
Capas de espeso lodo, casas arrasadas y al menos 60 muertos de momento, según el último recuento oficial del domingo.
Es el balance que deja una jornada terrible para Brasil, mientras los servicios de emergencia tratan de localizar a los 292 desaparecidos en el municipio de Brumadinho, en el estado de Minas Gerais (sureste de Brasil).
La rotura de la represa Córrego do Feijão, que pertenece a la compañía minera Vale, desencadenó el viernes un alud de aguas residuales que arrastró todo a su paso convirtiendo la zona en un barrizal.
Presa de Brumadinho en Brasil: imágenes aéreas de la zona del desastre tras el colapso de la represa.
La avalancha sepultó las instalaciones de la presa, la mina de hierro y varias viviendas en áreas rurales.
En esta mina, el hierro se extrae con agua. Los residuos líquidos se albergan en balsas o represas alrededor de la mina para, en teoría, su posterior tratamiento.
La rotura de la presa en Brumadinho provocó la avalancha en las zonas colindantes, provocando la catástrofe.
En estas horas cruciales, los servicios de emergencia han rescatado a casi cincuenta personas del fango.
Sin embargo, las autoridades en el estado de Minas Gerais dicen que las posibilidades de encontrar más sobrevivientes son escasas.
Equipos de rescatistas se desplazaron por el lugar para buscar a los desaparecidos.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, que sobrevoló la zona por la mañana, emitió un comunicado en el que dice que tomará todas las medidas necesarias para castigar a los responsables y evitar que vuelva a ocurrir una tragedia similar.
Los fiscales ordenaron a la compañía minera, Vale, suspender las operaciones en el sitio, y los técnicos han empezado a centrar sus pesquisas en las causas de la tragedia.
La primera de las preguntas sin resolver es por qué no funcionó ninguna alerta.
Una gran cantidad de lodo descendió por las laderas tras la rotura de la presa.
No sonó la alarma
María Júlia Andrade, que integra el Movimiento por la Soberanía Popular en la Minería (MAM), explicó a BBC Brasil que los habitantes de la zona confirmaron que el sistema de alarma no funcionó en el momento del accidente.
Vale promovió un entrenamiento con los residentes de la región para casos de accidente, orientándolos sobre cómo actuar y para dónde huir si oyen la alarma.
Sin embargo, según Andrade, ninguna sirena fue accionada tras el accidente.
"Es la sirena la que desencadena todos los protocolos de seguridad. Si no toca, no hay protocolo", dijo.
En una rueda de prensa el viernes, el presidente de la minera, Fabio Schvartsman, dijo que el accidente pudo haber sucedido de forma brusca, no dando tiempo a que la alarma sonara.
Más peligro
Después del accidente, los bomberos dijeron a la prensa local que la ruptura de la presa había dañado la estructura de otras dos represas del mismo complejo minero.
Pero el presidente de Vale afirmó que solo una represa se había roto y que una segunda, pese a haberse desbordado, tenía la estructura intacta.
Según la Vale, la balsa rota había pasado las inspecciones de seguridad en junio y septiembre de 2018 estableciendo que era una infraestructura segura.
La zona está poco poblada, pero había muchos trabajadores de Vale.
Sin embargo, los expertos cuestionan los criterios de dicha aprobación.
Alessandra Cardoso, asesora política del Instituto de Estudios Socioeconómicos (Inesc), dijo a BBC Brasil que el hecho de que la represa llevara inactiva hace tres años, sin recibir residuos, habría desgastado la estructura.
Para ella, cuando una mina o represa paraliza sus actividades, "la tendencia es que la empresa dé menos atención" a los criterios de seguridad.
Las instalaciones de la mina resultaron afectadas por las corrientes de lodo.
Córrego do Feijão está clasificada como una estructura de pequeño porte pero con alto potencial de daño.
El daño potencial se refiere al riesgo "de pérdidas de vidas humanas y de impactos económicos, sociales y ambientales resultantes de la ruptura de la represa", según la ley brasileña en la materia.
Rescate
Entre los desaparecidos, había 100 empleados que estaban almorzando en el área administrativa de la represa cuando un torrente de lodo y agua lo golpeó, dijo el portavoz de bomberos teniente Pedro Aihara.
Imágenes en el lugar del incidente difundidas por la agencia Reuters muestran a personas siendo rescatadas de entre el lodo con la ayuda de un helicóptero.
El secretario adjunto de Salud de Brumadinho, Geraldo Rodrigues, dijo a BBC Brasil que funcionarios de la minera informaron que el lodo alcanzó las instalaciones de la empresa a la hora del almuerzo.
La localidad de Vila Ferteco alberga las oficinas de administración de Vale, así como algunas viviendas, pero no es un lugar muy poblado.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, visitó el lugar del desastre el sábado por la mañana y un gabinete de crisis fue instalado para monitorear la situación, informó el portavoz Otávio Santana.
Las operaciones de rescate incluyeron un helicóptero.
A través de Twitter, Bolsonaro dijo que lamenta lo ocurrido y que los ministros de Desarrollo Regional, Minas y Energía y del Medio Ambiente, así como el Secretario Nacional de Defensa Civil, viajarán a la región.
"Nuestra mayor preocupación en este momento es atender eventuales víctimas de esta grave tragedia", escribió.
Este sábado, el Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Ibama) anunció una multa inicial a la empresa Vale por valor de 250 millones de reales (USD$66,5 millones) por el accidente.
A 3 años de otra tragedia
En noviembre de 2015, otra represa de Vale, en la región de Mariana de Minas Gerais, también sufrió una falla que dejó 19 personas muertas y miles de desplazados.
La represa Fundão liberó 34 millones de metros cúbicos de desecho de mineral, que descendieron 55 km por el río Gualaxo del Norte.
La avalancha de lodo recorrió 663 km de cursos de agua y alcanzó a 39 municipios en Minas Gerais y Espírito Santo, el mayor desastre ambiental del país.
Fuente:
Enero, 2019