Día Internacional de los Humedales: un llamado urgente para su conservación

"Para que nuestros ríos lleguen sanos al mar"

Humedales y Manglares

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Panorámica de un paisaje de sabanas inundables típicas de Cinaruco. Foto: Rodrigo Durán Bahamón.

  • Los humedales tienen una gran importancia ambiental. Son zonas de descarga de acuíferos, lo cual permite regular las corrientes y los cauces. También son sitios de alta biodiversidad y corredores permanentes para muchas especies.

  • En los humedales nacen y crecen muchos peces y macroinvertebrados. Además, son grandes sumideros de carbono, reguladores de temperatura y para muchas personas representan la única fuente de agua.

El 2 de febrero se celebra el Día Internacional de los Humedales en reconocimiento a la primera Conferencia Internacional sobre la Conservación de los Humedales y las Aves Acuáticas, celebrada en Irán en ese mismo día pero del año 1971. El 3 de febrero, un día después, se firmó la convención, que ya cumple 48 años, y que es usualmente conocida como la Convención Ramsar.

Los humedales son ecosistemas fundamentales en los procesos de regulación hídrica, poseen una impresionante biodiversidad y funcionan como “sala cuna” para muchas especies. Dentro de la categoría de humedal se encuentran las extensiones de marismas, pantanos y turberas o superficies cubiertas de agua, sean de régimen natural o artificial, permanentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces, salobres o saladas, incluidas las extensiones de agua marina cuya profundidad en marea baja no excede los seis metros.

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Estos ecosistemas son fundamentales en el abastecimiento y depuración del agua, así como en la regulación del clima y de las inundaciones. Además, muchos de los humedales también están asociados a actividades de inspiración espiritual, cultural y turismo.

De acuerdo con la Convención Ramsar los humedales desempeñan una función clave en las actividades económicas vinculadas al transporte, la producción de alimentos, el manejo de los riesgos hídricos, el control de la contaminación, la pesca, el ocio y la provisión de infraestructuras ecológicas. Según el estudio Progress on Drinking Water and Sanitation de 2012 de la Organización Mundial de la Salud (OMS) la mayor parte del agua que se extrae y se utiliza procede de los humedales. Además, datos del mismo estudio ─pero para 2017─ indican que 6 de cada 10 personas, o 4500 millones, carecen de un saneamiento seguro, lo cual también tiene un impacto sobre los humedales.

Humedal Jaboque en la localidad de Engativá (occidente de Bogotá). Foto: Revista Semana.

Humedal Jaboque en la localidad de Engativá (occidente de Bogotá). Foto: Revista Semana.

La tendencia mundial de los humedales

A pesar de su importancia, estos ecosistemas están en peligro. La Convención Ramsar en su página web incluso asegura que “los humedales se consideran muy a menudo como terrenos baldíos y existe poca conciencia acerca de los servicios vitales que proporcionan”. Es por eso que en este momento está vigente el Plan Estratégico de Ramsar para 2016-2024, el cual pretende que los humedales se conserven, se utilicen de forma racional, se restauren y que sus beneficios sean reconocidos y valorados.

El primer objetivo es hacerle frente a los factores que impulsan la pérdida y degradación de los humedales. “Es necesario que los beneficios de los humedales estén integrados en las políticas o estrategias y planes nacionales o locales relativos a sectores clave como el agua, la energía, la minería, la agricultura, el turismo, el desarrollo urbano, las infraestructuras, la industria, la silvicultura, la acuicultura y la pesca a escala nacional y local”, dice el informe. Además, que el uso del agua no impida que los humedales puedan cumplir con sus funciones ambientales. También es necesario controlar o erradicar las especies exóticas invasoras y aplicar medidas de manejo para evitar su introducción y establecimiento.

El segundo objetivo del Plan es llevar a cabo una conservación y manejo eficaz de la red de sitios Ramsar. Los países deben realizar esfuerzos para proteger y manejar de forma efectiva los sitios Ramsar existentes y trabajar continuamente para aumentar el número de sitios y áreas de humedales reconocidos por la Convención. El tercer objetivo es realizar un uso racional de los humedales y para ello es muy importante “el conocimiento tradicional, las innovaciones y las prácticas de los pueblos indígenas y las comunidades locales”. Finalmente, los países deben facilitar la conservación con asesoramiento y orientaciones de carácter científico y técnico, movilización de recursos y sensibilización ciudadana.

Con la declaración del complejo de humedales del río Bita como humedal Ramsar se están protegiendo 824 535 hectáreas. Foto: Ministerio de Ambiente de Colombia.

Con la declaración del complejo de humedales del río Bita como humedal Ramsar se están protegiendo 824 535 hectáreas. Foto: Ministerio de Ambiente de Colombia.

Los humedales de Colombia

Durante 2018 Colombia declaró varios lugares como sitios Ramsar, aumentando así el número de hectáreas protegidas de humedales. En enero y febrero obtuvieron esta categoría los lagos de Tarapoto en el departamento de Amazonas y la Ciénaga de Ayapel en el departamento de Córdoba, respectivamente.

El complejo cenagoso de Zapatosa fue declarado Ramsar en abril del año pasado, se ubica entre los municipios de Chimichagua, Curumaní, Tamalameque, Chiriguaná (Cesar) y El Banco (Magdalena) en la costa Caribe del país. En junio de ese mismo año el río Bita, en la Orinoquía colombiana, también fue incluido en la Convención internacional. Se protegieron 824 535 hectáreas de uno de los ríos mejor conservados del país ─95 % en buen estado─.

Finalmente, en agosto, el expresidente Juan Manuel Santos declaró los humedales urbanos de Bogotá como sitio Ramsar. Esto incluye a los umedales Tibanica, la Vaca Norte, El Burro, El Tunjo, Capellanía, Santa María del Lago, Córdoba, Jaboque, Juan Amarillo, La Conejera y Torca-Guaymaral.

A pesar de las buenas noticias, la Convención Ramsar ha manifestado su preocupación por el estado de conservación de los humedales en el mundo y Colombia no es la excepción. “Son ecosistemas vulnerables que no han tenido la atención adecuada, sobre todo en planes de manejo, de conservación y recuperación. La mayoría están intervenidos”, asegura Luis Alberto Núñez, docente del Departamento de Ciencias Básicas de la Universidad de La Salle

Sólo la ciénaga de Zapatosa cuenta con una extensión de entre 30.000 y 40.000 hectáreas en verano y 70.000 hectáreas en invierno.

Sólo la ciénaga de Zapatosa cuenta con una extensión de entre 30 000 y 40 000 hectáreas en verano y 70 000 hectáreas en invierno. Foto: Ministerio de Ambiente de Colombia.

Núñez considera varias amenazas a las que se enfrentan los humedales. Una de las más graves tiene que ver con los múltiples intereses económicos sobre los terrenos donde se ubican, son muy apetecidos por los constructores y urbanizadores debido a que se encuentran en zonas bajas y planas de los cauces de los ríos, las cuales son ideales para construir.  En el campo, por ejemplo en la Orinoquia, son de gran interés para ganaderos y arroceros que los transforman en sistemas productivos. “Con el tiempo se evidencia que esto es un error garrafal porque vienen las catástrofes, las inundaciones y los ríos tienden a volver a esos sistemas donde antes no había nada y ahora hay construcciones y cultivos”, agrega el docente.

Los humedales, además pueden tener orígenes, funciones y dinámicas muy diferentes entre sí, por lo que sus estudios también deben ser diferenciados. El profesor Núñez asegura que existen muchos grupos de investigación interesados en estudiarlos pero hay escaso apoyo y es muy poco lo que se puede hacer. De ahí que los humedales terminen en el abandono y los interesados en apropiarse de ellos argumenten que es mejor darles otros usos.

10 humedales Ramsar en áreas protegidas de Perú

A pesar de que todavía falta trabajar en políticas efectivas para la protección de los humedales, incluirlos dentro de la convención Ramsar es un intento para obligar a que los Estados protejan estos ecosistemas y su gran biodiversidad.

El Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), en Perú, destaca la importancia de varios humedales ubicados en áreas de conservación estratégica del país.

Científicos realizando trabajos de investigación en el Lago Titicaca. Foto: Arturo Muñoz.

Reserva Nacional de Paracas

Esta área natural protegida de la región Ica fue reconocida como Sitio Ramsar el 30 de marzo de 1992. Los diversos hábitats de Paracas hacen de ella un sitio ideal para el descanso y alimentación de aves migratorias de orilla provenientes de los hemisferios norte y sur, así como de las lagunas altoandinas. En esta reserva habitan aves amenazadas como el pingüino de Humboldt (Spheniscus humboldti) y el potoyunco (Pelecanoides garnotii).

Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes

El Santuario fue reconocido como Sitio Ramsar en 1997 por ser refugio de paso de importantes aves migratorias y hábitat de aves acuáticas residentes. Además, ofrece importantes servicios ambientales como el control de inundaciones, brinda un espacio propicio para la reproducción de especies, retención de nutrientes y sedimentos, promoción del ecoturismo, así como la calidad de sus aguas permiten ser utilizadas en la actividad langostinera.

Refugio de Vida Silvestre Los Pantanos de Villa

Es la única área natural protegida asentada en el casco urbano de Lima y en 1997 fue reconocido como Sitio Ramsar. Provee agua a la población local; sirve como contención ante inundaciones y tsunamis; retiene nutrientes, sedimentos y contaminantes y; ayuda a la estabilización del litoral y el control de la erosión.

Santuario Nacional Lagunas de Mejía

Conformado por un conjunto de lagunas salobres, el Santuario es el único humedal costero protegido por el Estado peruano con una categoría de carácter intangible. Fue reconocido como Sitio Ramsar el 30 de marzo de 1992. Lagunas de Mejía ofrece el único refugio a miles de aves peregrinas en el extremo sur peruano. Los censos mensuales realizados en el humedal arrojaron que las poblaciones de aves oscilan entre 15 000 y más de 120 000 individuos en épocas de migración.

Vista panorámica del Lago Titicaca . Foto: Miriam Telma Jemio.

Reserva Nacional del Titicaca

En 1997 el total del lado peruano del lago, que incluye las 36 000 hectáreas de la Reserva, fue declarado Sitio Ramsar por la vasta biodiversidad altoandina que alberga. Este humedal actúa como un termorregulador creando microclimas especiales alrededor del lago, y es un reservorio natural de agua dulce.

Reserva Nacional de Junín

Este humedal, reconocido como sitio Ramsar en 1997 juega un papel trascendental en la cuenca del río Mantaro que abastece de agua para el desarrollo de actividades agrícolas y de generación de energía eléctrica del complejo hidroeléctrico más grande del país. Estudios han señalado que este humedal, a través de su flora silvestre, puede fijar grandes cantidades de CO2.

Reserva Nacional de Salinas y Aguada Blanca

Cuenta con dos importantes zonas de humedales dentro de ella, ‘Laguna del Indio–Dique de los Españoles’ y ‘Bofedales y Laguna de Salinas’. Estos dos ecosistemas fueron declarados Sitios Ramsar en el 2003.

En inmediaciones de estos humedales viven vicuñas y guanacos, así como un gran número de aves terrestres y acuáticas. Dentro de estas últimas destacan las tres especies de flamencos altoandinos: flamenco chileno (Phoenicopterus chilensis), flamenco andino (Phoenicoparrus andinus) y flamenco de James (Phoenicoparrus jamesi), todas ellas en situación de amenaza.

Reserva Nacional Pacaya Samiria

Sus bosques inundables que abarcan más del 80 % de la superficie total de la Reserva le valieron para que la Reserva Nacional Pacaya Samiria fuera reconocida como Sitio Ramsar en 1992. Las condiciones que proporciona este ecosistema brindan hábitats para 449 especies de aves, siendo las acuáticas las más frecuentes de estos bosques, como la garza blanca (Ardea alba) y la garza ceniza (Ardea herodias).

Santuario Nacional Tabaconas Namballe

El Santuario Nacional Tabaconas Namballe está ubicado en los distritos de Tabaconas y Namballe en la provincia de San Ignacio en el departamento de Cajamarca. Su extensión es de 32 124 hectáreas y conserva un ecosistema único y poco frecuente en el Perú: el páramo. Además busca proteger a dos especies seriamente amenazadas en el ámbito nacional: el oso de anteojos (Tremarctos ornatus) categorizado en peligro y el tapir de altura (Tapirus pinchaque) categorizado en peligro crítico; y las cuencas de los ríos Tabaconas, Miraflores y Blanco.

Fuente:

Antonio José Paz Cardona

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Febrero, 2019

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