Jean-Baptiste-Camille Corot...Ríos y pintura

"Para que nuestros ríos lleguen sanos al mar"

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Jean-Baptiste-Camille Carot

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Jean-Baptiste Camille Corot nació en París, en una casa desde la que se tenía una perspectiva del palacio de las Tullerías, el Sena y El Louvre. De familia acaudalada, Corot recibió una educación burguesa y realizó sus estudios secundarios en la ciudad gótica y normanda de Ruan, entre 1807 y 1812, tales estudios le marcaron definitivamente. Allí vivía con un amigo llamado Sennegon, lector de Jean-Jacques Rousseau y próximo a las ideas ilustradas, de quien adquirió el gusto por la naturaleza. Continuó su formación en Poissy y al concluirla, manifiesta su deseo de ser pintor, pero su padre se opuso a ello y lo empleó como aprendiz en el negocio familiar. Camille, sin embargo, dedicó casi toda su jornada laboral a dibujar, por lo que la familia terminó por aceptar su vocación y financió su formación artística. Wikipedia

Pinturas de Paisajes de Diferentes Épocas y Culturas (2)

Pinturas de Paisajes de Diferentes Épocas y Culturas (2)

Souvenir de Mortefontaine

(Recuerdo de Mortefontaine)

Jean-Baptiste-Camille Corot (Francia, 1796-1875)

1864

Óleo sobre lienzo, 65.5 cm × 89 cm.

París, Louvre

“Solo hay un maestro: Corot. Los demás no somos nada comparados con él. Nada”

Claude Monet

Jean-Baptiste-Camille Corot es uno de los grandes paisajistas del siglo XIX y, junto con Jean-François Millet, el más destacado miembro de la Escuela de Barbizon. Esta escuela apostaba por una pintura inspirada directamente en la naturaleza, con claras influencias de John Constable, cuya obra se expuso en París en 1824.

En sus primeras obras, el paisaje de Corot es un paisaje clásico, pero a lo largo de su carrera va evolucionando hacia un estilo más poético, sin abandonar nunca el naturalismo. “Recuerdo de Mortefontaine” está considerado como la gran obra maestra de su periodo tardío, una pintura admirada por los impresionistas, con los que, sin embargo, Corot no simpatizaba demasiado.

Como indica su título, la pintura no representa un paisaje concreto, sino que es el resultado de los recuerdos idealizados que el artista guardaba del pueblo de Mortefontaine (al norte de Francia), que visitó varias veces a lo largo de su vida. Pocos años después, Corot pintó una obra similar, “El barquero de Mortefontaine”.

La crítica recibió con agrado “Recuerdo de Mortefontaine”, y prueba de ello es que la obra fue adquirida por el Estado francés el mismo año de su creación. Desde 1889 forma parte de las colecciones del Louvre.

Corot: "El barquero de Mortefontaine" (1865–70):

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