Por qué casi no corre el agua por las icónicas cataratas Victoria, una de las maravillas naturales del planeta
"Para que nuestros ríos lleguen sanos al mar"
Conservación de las fuentes de agua / El fenómeno de la sequía
En algunos puntos de sus 1.708 metros de ancho, las cataratas Victoria se han quedado prácticamente secas. REUTERS
Las cataratas Victoria son consideradas como una de las mayores maravillas naturales del mundo.
Esta cortina de agua, ubicada en la frontera entre Zambia y Zimbabue, tiene 1.708 metros de ancho y una altura que oscila entre 90 y 107 metros. Los aborígenes de la zona la bautizaron como "Mosi-oa-Tunya" ("el humo que truena").
De su borde caen unos 935 metros cúbicos de agua por segundo o, mejor sería decir, caían pues las cataratas Victoria están sufriendo una de sus peores sequías de las últimas décadas.
En consecuencia, la poderosa caída de agua se ha convertido en algunos puntos en un simple goteo.
Aunque es normal que el flujo disminuya de forma sensible durante la temporada seca, el declive registrado este año es considerado por funcionarios locales como algo sin precedentes.
"En años anteriores, cuando llegaba la sequía, no era hasta este punto. Esta es la primera vez que las vemos así", dijo a la agencia Reuters Dominic Nyambe, un vendedor de artesanías que trabaja en Livingstone, una localidad cercana a las cataratas ubicada del lado de la frontera de Zambia.
"Esto nos afecta porque… los clientes… pueden ver en internet (que las cataratas están bajas)… no tenemos tantos turistas", agrega.
En estas dos imágenes se observa un mismo punto de las cataratas visto en enero de este año y ahora. REUTERS
Los efectos de la sequía se están haciendo sentir en todo el sur de África, afectando las cosechas y dejando a 45 millones de personas necesitadas de ayuda alimentaria.
Adicionalmente, tanto Zambia como Zimbabue están padeciendo cortes eléctricos pues gran parte de su generación procede de fuentes hídricas, de plantas ubicadas en la presa de Kariba, ubicada en el río Zambese, aguas abajo de las cataratas.
De hecho, hay partes de este monumento natural en el que ya no se ve agua sino piedra seca, mientras en otras hay un flujo más bien exiguo.
Pero, ¿qué está ocurriendo?
Debate climático
Los datos recabados por la Autoridad del Río Zambeze confirman que el flujo de agua se encuentra en su nivel más débil desde 1995 y muy por debajo del promedio histórico.
Elisha Moyo, investigador principal sobre Cambio Climático en el Ministerio de Medio Ambiente de Zimbabue, le dijo al periodista de la BBC Stephen Sackur que el flujo promedio de las cataratas ha caído en casi 50% durante 2019.
A inicios de este año, las cataratas Victoria exhibían un buen flujo de agua. REUTERS
Sin embargo, las explicaciones sobre lo que ocurre varían según la fuente que se consulte.
El presidente de Zambia, Edgar Lungu, se ha referido a este fenómeno como un "duro recordatorio de lo que el cambio climático está haciendo a nuestro medioambiente".
Pese a ello, el hecho de que siempre suelen producirse variaciones estacionales hace que los científicos sean un poco más cautos a la hora de nombrar los motivos de la actual sequía.
Harald Kling, un hidrólogo experto en el río Zambeze, destaca que la ciencia del clima opera sobre la base de décadas no de años en concreto.
"Por eso, a veces es difícil decir que esto se debe al cambio climático porque las sequías siempre han ocurrido", le dijo a la agencia Reuters.
"Si se hacen más frecuentes, entonces puedes empezar a decir, ok, puede que esto se deba al cambio climático", agregó.
Kling advirtió que ya los modelos climáticos habían predicho que se producirían años de sequía con más frecuencia en la cuenca del Zambeze.
"Lo que es sorprendente es que la sequía haya sido tan frecuente", apuntó al destacar que la más reciente se produjo hace apenas tres años.
Elisha Moyo, del ministerio de Ambiente Zimbabue, advirtió a la BBC de que es posible que un día las cataratas Victoria lleguen a secarse completamente.
"Esa es una posibilidad real. Si miras a los modelos climáticos apenas hace dos semanas se registraba la caída de 87 metros cúbicos por segundo, cuando en torno a esta época del año se supone que debería estar alrededor de los 300 metros cúbicos por segundo", destacó.
Así, "el humo que truena" podría convertirse en un murmullo o, peor aún, quedarse en silencio.
Fuente:
Diciembre, 2019