Descubren el origen del misterioso suministro de agua del Gran Cañón

"Para que nuestros ríos lleguen sanos al mar"

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Gracias a un nuevo método desarrollado por Natalie Jones, de la Universidad del Norte de Arizona, se ha podido descubrir con gran detalle el origen de esa fuente de agua, así como las posibles vulnerabilidades que pueden afectar a todas las que componen el Gran Cañón y que conforman un sistema acuífero profundo y complejo

Una de las paredes esculpidas por el agua en el Gran Cañón

El río Colorado, además de por ser el quinto río más largo de América del Norte, es conocido por dar forma durante millones de años a uno de los grandes patrimonios que posee la humanidad: el Gran Cañón. Sin embargo, y a pesar de haber construido ese increíble paisaje, existe en la zona una fuente de agua parcialmente desconocida de mayor importancia, al encargarse de abastecer de agua limpia a las personas y animales que visitan el cañón.

Debido al misterio que gira alrededor de ese manantial, conocido como Roaring Springs, a Natalie Jones, una técnica de investigación de Universidad del Norte de Arizona y estudiante de posgrado contratada por el programa de Ciencias Físicas del Gran Cañón, decidió resolver la incógnita y se puso manos a la obra para hallar con el origen de toda esa agua.

Ahora, los frutos de su trabajo se publican en la revista Hydrogeology Journal, donde se determina que la cuna de esa masa hídrica se encuentra en dos acuíferos cársticos superpuestos que, hasta ahora, no se habían analizado en profundidad.

“El agua de estos acuíferos apoyan diversos ecosistemas, a muchos excursionistas y a la vida silvestre, que dependen de ellos para sobrevivir”, comentó Natalie Jones.

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La técnica de investigación de la Universidad del Norte de Arizona, Natalie Jones, estudia el agua en el Gran Cañón | Foto: Universidad del norte de Arizona

Para poder observar con precisión estos acuíferos, la autora tuvo que modificar el conocido método de concentración-sobrecarga-precipitación (COP, por sus siglas en ingles). Según la autora, este método de modelación del terreno es efectivo, pero peca de simplificar en exceso muchos detalles del terreno que, en este caso, obviaron muchas características de estos acuíferos.

“Las modificaciones realizadas explican con mayor precisión los patrones de recarga en la región del Gran Cañón, que tiene muchas características cársticas y un sistema acuífero profundo y complejo”, explicó Natalie Jones.

Con los nuevos modelos ya elaborados, Jones y su equipo de investigación automatizaron un proceso para identificar sumideros a partir de datos de topografía en alta resolución. Después, convirtieron esos datos en densidades de acuíferos y los combinaron con un mapa de ubicaciones de fallas en la región. Para finalizar, Natalie Jones incorporó estas características en el modelo base a través de un sistema de información geográfica para producir el modelo de vulnerabilidad final.

De este complejo modo, los autores no solo descubrieron qué acuíferos alimentan Roaring Springs, sino que establecieron un modelo capaz de analizar el nivel de vulnerabilidad de esos acuíferos y de otros que componen el valle.

“Los modelos de vulnerabilidad identifican regiones de alta, moderada y baja vulnerabilidad en la superficie de la tierra, lo que se relaciona directamente con la rapidez y eficiencia con que el agua o los contaminantes se hundirían y entrarían en el acuífero”, dijo Jones. “Los métodos de modelado de vulnerabilidad existentes y bien considerados para los acuíferos cársticos no produjeron resultados realistas para nuestra región como lo hizo el nuestro”, añadió.

Gracias a todos estos nuevos datos, Natalie Jones informó que ahora se podrá proporcionar una mejor información a los administradores del agua de la región y así proteger los recursos hídricos del Gran Cañón.

“Esta investigación ayudará a deducir de dónde provienen estas fuentes de agua y podrá ayudarnos a protegerlas mejor en el futuro”, concluyó.

Relieves cársticos

Los paisajes cársticos se originan como consecuencia de la incidencia de aguas ligeramente ácidas sobre determinadas rocas, como las calizas, que se erosionan y forman como resultado regiones de gargantas, dolinas e incluso cuevas.

Según la Universidad de Norte de Arizona, los acuíferos cársticos abastecen de agua apta para el consumo humano, entre otros usos, aproximadamente al 25% de la población mundial y son especialmente vulnerables a la contaminación.

Dos de estos acuíferos, los acuíferos Redwall y Coconino, suministran agua a Roaring Springs y muchos otros manantiales del Gran Cañón.

Fuente:

EL ÁGORA

Enero, 2020

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