Día Mundial del Agua: 9 historias sobre los recursos hídricos de Latinoamérica
"Para que nuestros ríos lleguen sanos al mar"
El Agua
El río Javari en la Amazonía peruana. Foto: Rhett A. Butler.
Por el Día Mundial del Agua, quisimos compilar en este post algunas de nuestras mejores historias sobre el uso de los recursos hídricos de Latinoamérica.
La historia en 1 minuto: Chile: la expansión de paltos continúa pese a la sequía. Video: Mongabay Latam.
Cada 22 de marzo, desde 1993, se celebra el Día Mundial del Agua, una manera de recordar la importancia de los recursos hídricos. Si bien gran parte del planeta esta cubierto por agua, tan solo un 2 por ciento es potable o dulce. Así, resulta muy importante cuidar los ríos, lagos, lagunas y demás que han servido, desde siempre, para que florezcan todas las culturas del mundo.
La construcción de represas, el avance de la minería ilegal, el crecimiento de la palma aceitera y las explotaciones petroleras, son algunas de las principales amenazas para los recursos hídricos en Latinoamérica. Por eso, quisimos compilar en este post algunas de nuestras mejores historias sobre el agua en las comunidades de esta región.
Por el Día Mundial del Agua, presentamos algunas de nuestras mejores historias sobre los recursos hídricos de Latinoamerica.
San Rafael: ¿Cómo la cascada más alta de Ecuador desapareció repentinamente el 2 de febrero?
La historia en 1 minuto. Video: Mongabay Latam.
El pasado 2 de febrero algo muy extraño pasó en el Parque Cayambe Coca, en la Amazonía ecuatoriana. La emblemática cascada San Rafael, ubicada en el río Coca, entre las provincias de Napo y Sucumbíos, desapareció del lugar en el que se encontraba desde hace miles de años.
La caída de agua de 150 metros de altura —la más alta del país— dejó de acompañar el paisaje de esta importante zona turística y un enorme hueco apareció en el lecho del río, justo antes de la cascada original. Ahora el agua cae unos metros más atrás de esta, dividida en tres tramos y con una pendiente menos pronunciada. El río fluye debajo de un arco que sobrevivió al colapso del terreno, pero desde el lugar donde usualmente se le solía fotografiar no se ve nada, pareciera como si nunca hubiera existido. Lee la historia aquí.
Colombia: escasez de agua por palma y petróleo en Puerto Gaitán
Las comunidades aseguran que el agua está contaminada.Foto: Álvaro Avendaño.
Cuando Modesto Paredes compró 10 hectáreas de la vereda Rubiales en Puerto Gaitán, Meta, pensó que viviría en un paraíso, lugar perfecto para establecer su finca Costa Brava. En esta zona rural, ubicada en los Llanos Orientales de Colombia, abundan la tierra rojiza y las extensas llanuras, que tienen como límites el río Tillavá al sur, y el Caño Rubiales al norte, principales afluentes de la zona.
Han pasado diez años desde que Modesto llegó a la vereda, y de aquel paisaje de guacamayos, dantas, ciervos y venados que recorrían sus cultivos de caña, yuca, plátano y árboles frutales, no queda nada. Cuando puso su finca, Rubiales ya era una zona enmarcada en complejos de explotación petrolera que producen miles de barriles de crudo a diario, en la actualidad a cargo de la empresa Ecopetrol. Hoy, además de la infraestructura del crudo, se ven en el horizonte más de 3000 hectáreas de palma de aceite, un monocultivo que se ha extendido en la vereda reemplazando a bosques de galería y palmas de moriche, ecosistemas nativos de la zona. Lee la historia aquí.
Hasta la última gota: la expansión de paltos seca dos comunidades más en Chile
Manifestantes en Salamanca Foto: Pamela Olate.
No hay agua. Esas tres palabras son una sentencia, categórica y crítica, que resume bien la situación en Petorca. Una comuna ubicada a 220 kilómetros al norte de Santiago, capital de Chile, en la región de Valparaíso, donde el intendente solicitó hace unos días que fuera declarada la emergencia agrícola por falta de agua.
La responsabilidad por la precaria situación hídrica, que tiene a los más de 9000 habitantes de la comuna recibiendo agua mediante camiones cisterna, apunta al sector agrícola, puntualmente a las empresas productoras de paltos (aguacates). Un negocio que se expandió incluso cuando la escasez de agua era evidente y se sabía que esos cultivos le arrancaban hasta la última gota que quedaba al suelo. Lee la historia aquí.
México: comunidades maya denuncian que la palma les arrebata el agua y las tierras
En Chiapas hay 64 000 hectáreas sembradas que representan el 70 % del total de las plantaciones de palma en México. Foto: Rodrigo Soberanes.
Cuenta un comunero del pueblo Maya Chol que vio desaparecer la pequeña laguna que tanto atesoraba su familia. Quedaba junto a la casa de sus padres y para Federico Méndez era un paraíso protegido por la espesura de la Selva Lacandona en México. Recuerda el comunero que el problema comenzó el día que llegó la palma africana a su municipio, llamado Salto de Agua, entonces los cultivos empezaron a cercar poco a poco ese rincón idílico de la familia Méndez y de pronto fueron testigos de cómo bajaba el nivel del agua mientras las palmeras ganaban altura.
“A 30 metros establecieron una plantación de cinco hectáreas de palma africana. A partir de los cinco años se acabó el agua”, narra el comunero Chol, Federico Méndez. Lee la historia aquí.
Ecuador: comunidad amazónica denuncia escasez de peces y culpa a la mayor hidroeléctrica construida en el país
Pobladores de Playas del Río Tigre. Foto: Jonathan Palma
Hace más de un año, el río Tigre dejó de ser la fuente principal de alimento para los 120 habitantes de la comunidad Playas del Río Tigre, situada en la cordillera de Lumbaqui, un caserío dentro del cantón Gonzalo Pizarro, en Sucumbíos, en el Oriente de Ecuador.
Era la 1 de la tarde del 28 de abril pasado y Carlos Andi, descendiente del pueblo Kichwa, tomaba con sus manos un poco de agua de las orillas del río, y con expresión de añoranza recordaba que por más de medio siglo la abundancia de peces fue vital para abastecer de comida a las comunidades de la zona.
“Antes este río era bien bravo. Pescados había bastante, guañas (especie de pez), cacería, todo había”, aseguró Andi, de 54 años. Lee la historia aquí.
Bolivia: tráfico ilegal amenaza a la peta de río y proyecto intenta salvarla
Luego de la eclosión de los huevos, entre noviembre y diciembre, los responsables del proyecto esperan entre 15 a 45 días, hasta que las tortugas tengan el caparazón más duro y el ombligo cicatrizado, para recién liberarlas al río. Foto: Ministerio de Medio Ambiente y Agua
El barullo de cientos de niños emocionados se impone sobre el sonido apacible de la naturaleza. Los pequeños que están más próximos a la orilla del río sostienen entre sus manos, algunos por primera vez, a diminutas tortuguitas de agua, especie conocida localmente como la peta de río. Es la mañana del 9 de diciembre de 2017 y los niños, junto a sus padres, otros adultos, autoridades y guardaparques, participan en una de las actividades del Proyecto Quelonio: la liberación de 2500 ejemplares de petas de río (Podocnemis unifilis) a las aguas del río Maniqui, en el municipio de San Borja, Departamento del Beni.
Las tortuguitas, que nunca antes habían sentido el agua, instintivamente saben lo que deben hacer. Y moviendo sus patas comienzan a nadar, para emprender viajes por rumbos desconocidos en las aguas de los caudalosos ríos de la Amazonía boliviana, su hogar. A pesar que el futuro que les espera es incierto, los quelonios de este mañana tienen mucha suerte, ya que muchos de sus compañeros ni siquiera lograron salir del cascarón. Perecieron aún siendo embriones, en manos de traficantes, quienes a pesar de los estrictos controles de las autoridades, se las ingenian siempre para extraer y comercializar ilegalmente miles de huevos de peta de río. Esta es la actividad principal que amenaza la conservación de esta tortuga. Lee la historia aquí. Lee la historia aquí.
La Corte Constitucional de Colombia otorga derechos al río Atrato y ordena al gobierno limpiar sus aguas
Un lugar de estacionamiento improvisado para botes en el río Atrato cerca de Quibdó, capital del Chocó. Foto de Bram Ebus para Mongabay
Los ríos, los bosques y sus habitantes están inseparablemente conectados en el departamento colombiano del Chocó, en la costa noroeste del país. La gravedad de la contaminación que ha comenzado a afectar el bienestar de todo el ecosistema acuático y las comunidades ribereñas adyacentes recientemente atrajo la atención de los poderes judiciales superiores de Colombia.
Según un fallo de la Corte Constitucional colombiana, el río Atrato necesita mejor cuidado y está “sujeto a los derechos que implican su protección, conservación, mantenimiento y en este caso concreto, restauración”. La demanda también le llama la atención al Estado por su comportamiento negligente y ordena que el río se limpie. Lee la historia aquí.
México: los guardianes del río Ajajalpan se enfrentan a un proyecto hidroeléctrico en Puebla
“Guardianes del Río Ajajalpan” llevan más de cuatro años luchando contra la instalación de la hidroeléctrica en el río Ajajalpan. Foto: Martina Zoldos.
En Puebla, tres municipios de origen en su mayoría totonaco, que suman casi 26 000 habitantes, llevan tres años resistiendo al proyecto hidroeléctrico Puebla 1 de la empresa Comexhidro, ejecutado a través de su su filial Deselec.
Uno de los impactos ambientales más conocidos de las presas es también la reducción del cauce del río hasta en un 90 %. La empresa dijo que como “gasto ecológico” dejaría el 10 % del actual cauce del río, lo que significa que el resto se perdería dentro de la hidroeléctrica. Sin embargo, esta cantidad no sería suficiente pues el río Ajajalpan de por sí no tiene grandes cauces todo el año, por lo que se prevé un déficit de agua de riego, importante para las plantaciones de café que abundan en la zona, y para mantener la humedad de otros cultivos. Lee la historia aquí.
Petróleo en el agua: el uso de la tecnología para luchar contra un legado tóxico
Vista aérea de la Comunidad Nativa de Cuninico en Loreto. Foto: Copyright © Amnistía Internacional.
“Mi hijo murió vomitando sangre. Mis hijos han muerto, también mis nietos, debido a los contaminantes, sus cuerpos no pudieron soportarlos. Otros nacieron muertos porque no podían soportar la contaminación”, contó. Dos de sus hijos murieron cuando eran bebés y tres de sus muchos nietos también murieron muy jóvenes, explicó sin vacilaciones en el idioma nativo Achuar.
“Hoy continúa, los niños nacen con dolores o lesiones. Para mí es muy doloroso perder a mis hijos y nietos”, cuenta.
Ella es la Madre Indígena del pueblo, una contraparte femenina del Apu o jefe. Se porta con dignidad como una anciana respetada, pero el dolor parece pesar sobre ella mientras prepara masato tradicional hecho de yuca fermentada o mandioca, siempre acompañado por uno o dos de sus muchos nietos. Ella no sabe exactamente qué edad tiene, pero recuerda haber sacado aceite de la superficie del río con la mano cada vez que iba a buscar agua de niña. Lee la historia aquí.
Fuente:
Marzo, 2020