LAS MUJERES SOMOS AGUA 2020: MUJERES DE IXQUISIS EN DEFENSA DE SUS RÍOS

"Para que nuestros ríos lleguen sanos al mar"

Agua y Género

Ilustración de Dijema Méndez

Desde tiempos ancestrales, la microrregión de Ixquisis, en el norte del departamento de Huehuetenango, Guatemala, ha sido habitada por comunidades indígenas mayas. Estas comunidades han desarrollado formas de vida basadas en el respeto por la naturaleza y en su cuidado, subsistiendo principalmente de la agricultura y la pesca. Los ríos de la microrregión han sido durante mucho tiempo una fuente de vida para los individuos y para la población en general.

Las mujeres de Ixquisis se han convertido en cuidadoras y gestoras sostenibles de sus bienes naturales. Han jugado un papel clave en la preservación de los conocimientos tradicionales, transmitiendo con fuerza a las futuras generaciones sus saberes sobre salud y alimentación. Han contribuido así a la supervivencia de su cultura, de su cosmovisión indígena y de su estilo de vida tradicional. Para las mujeres, el agua es un elemento esencial de su vida diaria.  

En 2009, con la intención de preservar sus ríos y entorno natural, las comunidades de Ixquisis, por medio de una consulta comunitaria de buena fe, votaron en contra del desarrollo de proyectos hidroeléctricos en su territorio. En 2010, su decisión fue ignorada. La compañía Promoción y Desarrollos Hídricos S.A. (actualmente Energía y Renovación S.A.) comenzó la construcción de dos plantas hidroeléctricas: Pojom II y San Andrés. Los proyectos son cofinanciados por el BID Invest, brazo de inversión en el sector privado del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

En los últimos años, la vida de las comunidades de Ixquisis ha cambiado drásticamente debido a la construcción de las represas. Las obras han provocado escasez y contaminación del agua, afectando a las familias de la microrregión, especialmente a las mujeres, La contaminación y falta de agua, les genera una sobrecarga en el trabajo, ya que son ellas las que deben garantizar el agua y cuidar a las personas, que se enferman por el contacto con el agua en los ríos donde las empresas vierten sus residuos. 

Ilustración de Dijema Méndez

La construcción de las represas ha traído además inseguridad y temor.   En la región se han registrado agresiones en contra de miembros de la comunidad, incluidos asesinatos y amenazas. Antes del desarrollo de Pojom II y San Andrés, las mujeres concebían el territorio y su comunidad como un espacio seguro, por el contrario ahora las mujeres sienten a ser víctimas de ataques y/o agresiones en sus comunidades.  

Las mujeres mayas, conscientes de los daños a la salud que la falta de agua ha provocado en la vida de sus comunidades, han participado en las protestas contra la construcción de las hidroeléctricas.

Con el objetivo de incidir en los principales actores relacionados con este problema, las comunidades afectadas por las represas Pojom II y San Andrés presentaron una queja ante el Mecanismo Independiente de Consulta e Investigación (MICI) del BID. En la queja, piden al MICI que reconozca que el BID Invest no cumplió con sus políticas operativas y, por lo tanto, que recomiende al Banco retirar su inversión de las represas, dados los graves daños sociales y ambientales de esos proyectos. La queja enfatiza los impactos diferenciados que sufren las mujeres de Ixquisis debido a su contacto diario con el agua y a su papel tradicional de cuidadoras de sus recursos naturales.

Las comunidades de Ixquisis exigen que el Banco Interamericano de Desarrollo: 

• Fortalezca sus políticas operativas para que no cause impactos sociales y ambientales negativos.

• Incluir la perspectiva de género en sus políticas operacionales, especialmente las relacionadas con las evaluaciones de impacto social y ambiental.

• Revisar la cartera de proyectos que ha financiado y que planea financiar en el futuro desde una perspectiva de respeto por los derechos humanos, acción climática y promoción de los derechos de las mujeres.

• Fortalecer las actividades de seguimiento y monitoreo para las operaciones de sus clientes, a fin de garantizar el cumplimiento y efectividad de sus políticas operativas.

Fuente:

Julio, 2020