El océano Ártico se está llenando de agua dulce

"Para que nuestros ríos lleguen sanos al mar"

El Agua y El Cambio Climático

Una nueva investigación muestra que el cambio climático está inyectando cantidades cada vez mayores de agua dulce en el océano Ártico. En las próximas décadas, esto dará lugar a un aumento del agua dulce que se desplazará hacia el sector norte del océano Atlántico, lo que podría perturbar las corrientes oceánicas y afectar a las temperaturas en el norte de Europa.

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El estrecho de Nares, entre Groenlandia y Canadá, visto desde el espacio. (Foto: MODIS Land Rapid Response Team, NASA GSFC)

El equipo de Rory Laiho, de la Universidad de Colorado en Boulder (Estados Unidos), examinó el llamativo aumentodel agua dulce del Ártico en las dos últimas décadas y lo que esta tendencia podría implicar para el futuro.

Desde la década de 1990, el océano Ártico ha experimentando un aumento del 10% de su agua dulce. Eso son unos 10.000 kilómetros cúbicos, la misma cantidad que se necesitaría para cubrir todo el territorio de Estados Unidos con casi 1 metro de agua.

La salinidad del océano no es la misma en todas partes, y el agua superficial del océano Ártico ya es una de las más dulces del mundo debido a las grandes cantidades de escorrentía de los ríos.

Esta agua dulce es lo que hace posible el hielo marino: mantiene el agua fría en la superficie, en vez de permitir que este líquido más denso se hunda debajo de agua menos densa y caliente. En este aspecto, el océano Ártico es muy diferente a otros océanos.

El agua dulce no se concentrará solo en el océano Ártico. Un mecanismo estabilizador tenderá a empujar agua dulce fuera de él. A medida que más agua dulce sale del Ártico, este mismo mecanismo estabilizador podría truncar las corrientes oceánicas en el Atlántico Norte que moderan las temperaturas invernales en Europa.

Tales alteraciones han ocurrido antes, durante unas grandes anomalías de salinidad acaecidas en las décadas de 1970 y 1980, aunque se trató de episodios temporales. En cambio, si demasiada agua dulce fría del océano Ártico fluye continuamente hacia el Atlántico Norte, el ciclo normal de corrientes oceánicas podría truncarse de forma más permanente.

Irónicamente, esto mitigaría los efectos del calentamiento global durante el invierno en el norte de Europa por un tiempo. Sin embargo, la interrupción de las corrientes oceánicas podría tener efectos negativos para el clima a largo plazo y para los ecosistemas del Atlántico Norte.

Fuente:

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Agosto, 2020