Colombia: 308 fallecidos y 332 desaparecidos en Mocoa, según los últimos datos de la ONU
"Para que nuestros ríos lleguen sanos al mar"
Ríos y desastres nacionales
Las víctimas de la avalancha que devastó a Mocoa, la capital del Departamento de Putumayo, en Colombia, suman ya 308 fallecidos y 332 desaparecidos.
Una evaluación realizada por el personal de la ONU en el terreno identificó las necesidades más acuciantes en este momento, entre las que destacan el agua, los alimentos y servicios básicos como la electricidad y el apoyo psicológico.
Martín Santiago Herrero, coordinador residente y humanitario del Sistema de Naciones Unidas en Colombia, y Gerard Gomes, jefe de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) en ese país, dijeron que hay 3.000 familias afectadas y más de 3.200 personas se encuentran en los cinco albergues oficiales.
"El Sistema de Naciones Unidas ha tenido la oportunidad de trabajar estrechamente con las autoridades locales, departamentales y nacionales. Poco a poco estamos viendo esfuerzos que están teniendo resultados. No obstante, la situación de daños en infraestructura y limitaciones de acceso ha sido tremenda. El impacto ha sido tremendo", dijo.
En entrevista con Noticias ONU, Herrero comentó que el diagnostico de daño ha sido rápido y se pudo identificar necesidades críticas tanto del ámbito rural como urbano, así como los principales grupos de la población como son las mujeres y niños.
El tema de la seguridad alimentaria y sanitaria es una prioridad para los equipos de emergencia para atender a las personas afectadas por el deslave mortal ocurrido la madrugada del 1 de abril. Además se trabaja en el restablecimiento de los modos de vida de las personas.
Por otro lado, en apoyo al Gobierno de Colombia, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha desplegado un equipo de expertos para evaluar las necesidades de más de 300 familias desplazadas a causa de las inundaciones. Las autoridades locales han establecido 12 alojamientos temporales en este municipio ubicado en el suroeste del país, severamente afectado por las fuertes lluvias el pasado 31 de marzo, que produjeron el desbordamiento de los ríos Mocoa, Sangoyaco y Mulata.
"La OIM conoce la zona de la emergencia y está trabajando en apoyo al gobierno colombiano, que ha establecido un centro de respuesta unificado en el municipio para coordinar los apoyos nacionales e internacionales", dijo Alejandro Guidi, Jefe de Misión de la OIM en Colombia. "La OIM también está participando en el Equipo Humanitario de País de las Naciones Unidas para la respuesta nacional y local", confirmó Guidi.
La situación en las áreas urbanas constituye un reto. Debido a las afectaciones en el sistema de alcantarillado no se cuenta con servicio de agua potable. El servicio de energía se encuentra suspendido en algunos municipios del Putumayo. También se reporta colapso de la red hospitalaria. La afectación rural aún es incierta.
Este apoyo se dará en el marco de la estrategia de Coordinación y Gestión de Campamentos (CCCM por sus siglas en inglés), a través del abastecimiento de los alojamientos para las personas desplazadas a causa de la emergencia.
Para la respuesta inmediata a la emergencia en los alojamientos temporales, la OIM recibió USD 200,000 del Gobierno de los Estados Unidos a través de su Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID).
Estos recursos financieros han permitido el despliegue del equipo de la OIM en la región afectada para trabajar en la evaluación de las necesidades, el registro de las víctimas y el transporte de la población afectada. Este apoyo financiero también permitirá la implementación de acciones de recuperación temprana, así como la asistencia técnica al gobierno colombiano y al Sistema de las Naciones Unidas en materia de CCCM, incluyendo capacitaciones sobre la gestión de los alojamientos.
A mediano plazo, la OIM ya ha asegurado soluciones de recuperación económica para 150 familias indígenas afectadas. Adicionalmente, adelantará gestiones con el sector privado y otros donantes para identificar financiamiento potencial.
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