El sector turístico: La última frontera en el ahorro de agua

"Para que nuestros ríos lleguen sanos al mar"

Ríos, Deportes y Recreación

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En líneas generales, la sociedad está cada vez concienciada sobre la importancia del ahorro del agua. Somos más eficientes y tenemos cuidado a la hora de cerrar el grifo mientras nos lavamos los dientes o nos afeitamos. Priorizamos la ducha al baño y ponemos la lavadora cuando tenemos suficiente ropa para llenarla. Sin embargo, nos relajamos a la hora de aplicar estos hábitos cuando vamos de vacaciones y nos hospedamos en un hotel. En este caso, solemos bajar la guardia y seguramente gastamos más de lo que deberíamos, ya que de un modo inconsciente sabemos que la factura no la pagamos nosotros.

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El ejemplo del hotel Samba de Lloret de Mar

Hace un par de semanas tuve el placer de asistir a un seminario organizado por Lequia sobre la gestión circular del agua en instalaciones turísticas. La jornada se llevó a cabo en el Hotel Samba de Lloret de Mar(Costa Brava), un establecimiento de tres estrellas, con 300 habitaciones y que está ubicado a unos pocos metros de la playa.

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Este hotel está llevando a cabo una prueba piloto, en el marco del proyecto DemEAUmed, para la gestión y reutilización de las aguas grises procedentes de la ducha, lavandería y cocina. Mediante el tratamiento de bioreactores de membranas (MBR), el agua pasa por un proceso de depuración y, posteriormente, con la aplicación de un tratamiento de cloración, el agua vuelve al sistema para su reutilización.

Uno de los procesos que más me sorprendió fue el tratamiento de las aguas grises a partir de tecnología basada en ecosistemas verticales, mediante el uso de una estructura habilitada para albergar plantas tropicales. Este sistema es muy parecido al tratamiento de aguas residuales mediante lagunajes naturales. De un modo nada llamativo y natural, estas plantas hacen una función depurativa natural y dan belleza al lugar, sin que los clientes noten nada. 

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Camino por recorrer

Hay compañías, como la cadena NH Hoteles, que aseguran de haber reducido en más del 30% el consumo de agua en sus hoteles. La medidas implantadas por la compañía pasan también por el reciclado de aguas grises, la instalación de grifos eficientes (aireadores que, en su mayoría, pueden reducir en un 50% el consumo de agua), duchas e inodoros ahorradores, entre otros.

Otras grandes cadenas como Meliá también llevan a cabo programas para el ahorro energético. En su caso, han diseñado el programa EcoTouch, que prevé una reducción del 50% del consumo de agua en grandes eventos empresariales. Además, contempla otras medidas que comportarán la reducción de consumo eléctrico y las emisiones de CO2.

A pesar de estas medidas, todavía hay mucho camino por hacer. El Instituto Tecnológico Hotelero sostiene que en caso que los 14.000 hoteles de España implementaran medidas para el ahorro de agua, esto se podría traducir en reducir los costes en 53 millones de euros. Las principales medidas pasarían por la instalación de grifos y duchas de bajo consumo, así como fomentar una buena gestión de la lavandería y concienciar que las toallas se dejen para lavar cuando hayan sido usadas más de una vez.

Otro aspecto a tener en cuenta por parte de las direcciones de los hoteles es el uso de productos de limpieza eficientes, no contaminantes y que no afecten al medio ambiente. De este modo, el impacto en los sistemas de saneamiento será menor y los posibles sobrecostes también más reducidos.

Buscar la implicación de los clientes

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 Es crucial que los hoteles apliquen medidas para el ahorro de agua, pero, ¿la responsabilidad sólo recae en estos establecimientos o también en los propios clientes?

Tal y como he afirmado al principio de este post, mucha gente se relaja a la hora de mantener unos hábitos responsables cuando se va de vacaciones. Al no tener que pagar de un modo directo la factura del agua, de un modo inconsciente seguramente nos fijamos menos en lo que consumimos, a pesar de que en la mayoría de hoteles hay carteles informando de la necesidad de ahorrar agua y de dejar para lavar las toallas.

Para concienciar del ahorro en los hoteles, los responsables de estos establecimientos deberían analizar qué medidas podrían llevar a cabo para fomentar el ahorro entre la población. Sin lugar a dudas, estas medidas tendrían que ser informativas, de incentivos pero en ningún caso sancionadoras.

  1. Premiar a los que más ahorran. Hay hoteles, como es el caso del Hotel Baía de Cascais, en Portugal, que dispone de varios contadores de agua en distintas zonas del hotel para detectar posibles fugas. Llevando más allá esta iniciativa, se tendría que estudiar la posibilidad de instalar contadores en cada habitación, con el objetivo de poder cuantificar el consumo de agua real. En caso de que se registre un descenso del consumo o que no se supere una cifra máxima (unos 130 litros/habitante/día), el hotel puede ofrecer incentivos a estos clientes, que podrían pasar desde una cena gratuita, al consumo de bebidas sin coste adicional hasta el acceso gratuito al spa. De este modo, se fidelizaría a los clientes y por el otro se fomentaría el ahorro de agua. Para los clientes que consuman más de lo permitido, no se recurrirá a sanciones ni recargos. Tan sólo se intentará informar de la necesidad de consumir el agua necesaria y de adoptar hábitos sostenibles (folletos en la habitación sobre el consumo de agua racional y de aprovechar al máximo las toallas antes de dejarlas para lavar).

  2. Visitas para conocer la realidad hídrica de una zona. En muchos hoteles se informa de la escasa disponibilidad de los recursos hídricos de la zona. Hay regiones turísticas de primer orden, como la isla de Djerba en Túnez, que se enfrentan a la salinización de sus pozos debido a su sobreexplotación, a la escasa pluviometría y al no disponer de alternativas. Esta zona turística ha pasado de ser una zona poco poblada con comunidades que subsistían a través de la agricultura de pequeña escala y la pesca a ser una de las zonas preferidas por los turistas. Por suerte, se han proyectado soluciones como la desalinización. Una de las medidas para concienciar a los clientes del hotel es ofrecer visitas guiadas para conocer la realidad hídrica de la zona y para que se tome conciencia de los posibles problemas que puedan surgir en caso de sobreexplotar los recursos.

  3. Optar por piscinas de agua salada. Para muchos negocios hoteleros, esta opción se contempla, ya que la gran mayoría de clientes prefiere el agua dulce. Sin embargo, en una piscina de agua salada los costes son más bajos, ya que el nivel de cloro es estable y, por lo tanto, no es necesario añadir productos químicos ni estar pendiente de su mantenimiento. También hay que tener en cuenta que la concentración de agua salada en una piscina no es la misma que en el mar y, por lo tanto, irrita menos los ojos.

  4. Fomentar la reutilización de las aguas pluviales. Para disponer de agua para regar los jardines y las zonas verdes de los hoteles, estos establecimientos deberían analizar la posibilidad de construir depósitos destinados a almacenar el agua de la lluvia. De este modo, se dispondría de recurso para el riego de zonas verdes sin tener que recurrir al recurso procedente de la red de suministro.

  5. Preservación del medio hídrico. Esta solución, aunque no repercute de un modo directo en el uso del agua, se podría aplicar para aquellos hoteles que están cerca de la costa o que lindan con algún curso fluvial. Por desgracia, es recurrente encontrar acumulaciones de plásticos y otros residuos en algunas de estas zonas naturales, debido a la mala gestión que hacemos de los residuos (los tiramos por el lavabo o bien no los depositamos en las papeleras). Los hoteles podrían fomentar actuaciones de recogida de residuos, en coordinación con entidades ambientalistas de la zona, y que implicaran a los clientes. Para animarles para que se presenten a estas iniciativas, también se podrían dar incentivos a aquellos clientes que participen, como los que he comentado en el primer punto.

  6. Actividades para niños/as. El futuro de la sociedad son nuestros hijos e hijas. Todo aquello que aprendan y consoliden en su infancia lo aplicarán en la etapa adulta. Los hoteles, en este sentido, pueden organizar actividades lúdicas con el objetivo de fomentar un uso responsable del agua, medidas para el ahorro y soluciones que los más pequeños/as inventen. De este modo, aquellas medidas más novedosas y eficientes tendrían un premio.

  7. Identificación de posibles anomalías por parte de los trabajadores/as del hotel. Una parte muy importante para el ahorro de agua en instalaciones turísticas es la formación por parte de los empleados/as del establecimiento. El hotel debe hacer jornadas de formación para los trabajadores/as para que sean capaces de verificar que los grifos no pierden y que puedan identificar posibles pérdidas.

Fuente:

Xavi Duran Ramírez

Periodista y responsable de prensa en la Agencia Catalana del Agua.

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30/05/2017