La imperiosa necesidad de formación específica y profesional en el sector del agua
"Para que nuestros ríos lleguen sanos al mar"
El Agua
El sector del agua es sin duda un sector olvidado
. Esto se debe a que en los países desarrollados hemos disfrutado hasta hoy de un suministro de agua infinito gestionado por agencias públicas (en la mayoría de los casos), además de un elevado grado de fragmentación, y una falta de visibilidad y cohesión.
Aunque ha habido infraestructuras de agua desde el principio de los tiempos, bien es cierto que hasta hace solo unos años, existía poca información sobre índices y estadísticas, escasos análisis de mercado, pocos medios especializados, falta de eventos sectoriales de importancia global, etc., quedando el sector del agua relegado a un segundo plano por detrás de otros sectores más profesionalizados como el de la energía, el transporte o las telecomunicaciones. Sin embargo, los retos actuales del agua que comienzan a preocupar tanto a gobiernos como a la población, están despertando el interés por la profesionalización del sector, la cual afecta a organismos multilaterales, instituciones financieras y empresas exclusivas del sector con presupuestos y apetito por entrar en la financiación de proyectos de agua.
El mundo está despertando ante la necesidad de dar solución a los retos del agua en relación con la escasez, la contaminación y la distribución irregular, así como su influencia directa en temas como la energía, la producción de alimentos y la pobreza. Durante la última década, se han publicado numerosos informes que están alertando sobre el grave problema que tenemos alrededor del agua, y aunque todavía las acciones son escasas, ya se empiezan a realizar actuaciones para la concienciación ciudadana, para la creación y el mantenimiento de infraestructuras, para la adecuación del marco regulatorio y para la apertura de las empresas privadas a financiar proyectos de agua.
Varios organismos internacionales destacan cinco áreas que resumen los grandes retos a los que nos enfrentaremos en el futuro y que están en todos los foros de debate:
Según un nuevo informe de World Bank, la escasez de agua, exacerbada por el cambio climático, podría obstaculizar el crecimiento económico, estimular la migración y provocar conflictos. Sin embargo, la mayoría de los países pueden neutralizar los efectos adversos de la escasez de agua mediante la adopción de medidas para asignar y utilizar los recursos hídricos de manera más eficiente.
Según UNICEF, actualmente hay alrededor de 2.400 millones de personas que no cuentan con una red de saneamiento y 780 millones que no tienen acceso a fuentes de agua mejoradas. Sin estas necesidades básicas, la vida de millones de niños está en riesgo. En muchos países, para los niños menores de cinco años, las enfermedades relacionadas con el agua y el saneamiento son una de las principales causas de muerte.
El agua y la pobreza están inextricablemente unidas. El acceso a fuentes consistentes de agua limpia es crucial para la reducción de la pobreza. Cuando hablamos de pobreza nos referimos principalmente a los grupos de personas económicamente desfavorecidos en amplias franjas del mundo, principalmente en África y Asia, que sobreviven con una agricultura de subsistencia o con ingresos inferiores a 2 dólares al día.
Al igual que en el punto anterior, el agua y la energía están interrelacionadas. Se necesitan cantidades significativas de agua en casi todos los procesos de producción de energía, desde la generación de energía hidroeléctrica, el enfriamiento y otros fines en centrales térmicas, hasta la extracción y procesamiento de combustibles. Por el contrario, el sector del agua necesita energía para extraer, tratar y transportar el agua. El crecimiento de la población y la expansión de las economías exigen más agua y energía, aunque muchas regiones de todo el mundo ya están experimentando una importante escasez de ambos recursos. Hoy en día, más de 780 millones de personas aún carecen de acceso al agua potable y más de 1.300 millones de personas carecen de acceso a la electricidad. ¿El agua limitará nuestro futuro energético?
Según la FAO, la alimentación y la agricultura son los mayores consumidores de agua, que requieren hasta cien veces más de la que utilizamos para las necesidades personales. Hasta el 70% del agua que tomamos de los ríos y de las aguas subterráneas va dirigido al riego, y la agricultura seguirá siendo el principal usuario del agua a nivel mundial. En muchos países, en particular los situados en las regiones áridas y semiáridas del mundo, se puede esperar que esta dependencia se intensifique.
Estos desafíos comienzan a ser claramente aceptados y su gravedad requiere de un plan de acción urgente a corto, medio y largo plazo. Pero al mismo tiempo, nos enfrentamos a otro problema adherido a estos desafíos: la falta de profesionales especializados en materia de agua. Existen grados de ingeniería industrial, química o civil, pero ninguna enfocada al sector del agua, el cual está demandando hoy técnicos y expertos en diseño, desarrollo, construcción y mantenimiento de infraestructuras de agua. Asimismo, se necesitan expertos jurídicos que sepan interpretar contratos de agua y que trabajen para acomodar regulaciones y leyes, financieros que aporten soluciones económicas para financiar las infraestructuras, expertos en comunicación y educación sobre la utilización del agua, gestores de clientes públicos y privados y líderes estratégicos que enfoquen sus planes de negocio a las necesidades que está demandando el planeta.
El sector ha avanzado muy poco a la hora de ofrecer soluciones técnicamente innovadoras y sostenibles, en comparación con otros sectores. Es por ello, que tanto el sector privado como público tienen una gran necesidad de nuevos profesionales, educados para hacer frente a los retos de los próximos años y con un amplio conocimiento de la industria, las tecnologías y las soluciones. Si analizamos en profundidad el sector académico, no existe ninguna carrera universitaria enfocada al agua, y todavía peor, hay muy pocos centros docentes en los que se considere una asignatura relevante dentro de los programas universitarios. En el mejor de los escenarios, existe algún máster de uno o dos años pero no cubre el nivel de educación mínima que el sector necesita hoy en día.
Instituciones como World Bank y otras instituciones, que consideran el agua como un eje transversal para el desarrollo, ofrecen programas y workshops en multitud de regiones para la gestión y el mantenimiento de infraestructuras de agua, para la concienciación y la educación, pero no existe una base académica universitaria que profesionalice la industria.
La realidad es que el sector del agua ha estado liderado por un grupo de personas que hemos sido autodidactas en la mayoría de los casos, que hemos improvisado y utilizado nuestra formación no especializada, nuestro sentido común y muchas horas de trabajo durante años para acumular experiencia y así ofrecer soluciones a los problemas del agua. Por ello, la formación interna del personal es una preocupación para los gestores del sector, y la retención y fidelización del talento ha sido la clave para que las empresas puedan ofrecer oportunidades de desarrollo a su personal y así no perder la inversión realizada ante la escasez de buenos profesionales. La movilidad de personal ha sido y seguirá siendo sido un tema recurrente hasta que no resolvamos este problema.
El personal que podamos formar en los próximos años será el encargado de llevar a cabo el desarrollo sostenible del mundo, mejorar eficientemente la gestión pública o privada del agua, dar soluciones equilibradas al problema de distribución y generación, desarrollar soluciones disruptivas innovadoras que garanticen un agua de calidad a precios sostenibles en todos los puntos del planeta, y garantizar el tratamiento adecuado para que nuestros ríos y acuíferos no sigan contaminándose. Una vez más, la formación es el primer pilar para dotar al mundo de soluciones profesionales a largo plazo, y aprovecho este foro para solicitar apoyo, en mi empeño personal, por desarrollar a nivel internacional una titulación universitaria seria y comparable con la de otras licenciaturas o ingenierías, complementada por másteres especializados que complementen la formación para resolver problemas regionales o temáticos más específicos. Una educación superior de calidad y especializada es fundamental en un mundo que cada día demanda nuevas soluciones más tecnológicas y sostenibles.
Fuente:
CEO de Almar Water Solutions.
29/05/2017