Caudal ecológico: una propuesta desde las comunidades

“Para que nuestros ríos lleguen sanos al mar”

El Medio Ambiente

La defensa del agua y los ríos en Costa Rica ha sido tomada como bandera por diferentes comunidades y cada vez con más frecuencia en las últimas décadas frente a diversos y riesgosos proyectos que se apropian de la naturaleza, con o sin permisos institucionales, y sin ser consultados con las poblaciones que habitan los territorios.

El panorama general es de una baja preocupante en los caudales, contaminación desmedida en las fuentes y pérdida de biodiversidad acuática. Y aún hoy, el Estado permite concesiones equivalentes al 90% del agua de los ríos, produciendo desastres, mientras favorece a los grandes consumidores de agua, que se aprovechan de otro problema estructural abierto: la subvalorización del agua como un bien de dominio público.

Las extracciones alteran la dinámica natural que caracteriza los cuerpos de agua. Y principalmente, la entrega de enormes concesiones de agua ha provocado desastres ambientales en ríos. Citamos casos cercanos a la Alianza de Comunidades en Puntarenas, como el río Acapulco, Aranjuecito, Guacimal, Abangares y Tempisque, afectados por concesiones para riego a gran escala.

Y otros casos como el San Lorenzo, La Esperanza, La Vieja, Balsa, Peñas Blancas, Toro Amarillo y Quebrada La Gata han sido afectados por embalses hidroeléctricos. Otros ríos están amenazados o han sido salvados por la lucha de sus pueblos organizados contra la privatización y comercialización de los bienes comunes de la naturaleza.

¿País ecológico? En marzo de este año la Dirección de Aguas sometió a consulta una propuesta de Reglamento para definir los caudales ambientales en Costa Rica, en la que el Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) permite explotar hasta el 90% del agua en los ríos y pretende cambiar el límite de explotación, resguardando apenas un 20% del agua en los ríos.

La propuesta partía de un supuesto “ambiental”. Pero un caudal ajustado técnicamente debe ser compatible con las características ecológicas de la cuenca, garantizando la sustentabilidad en el uso del agua. Ese es el desafío que tenemos hoy como país: ponerle límites ecológicos racionales y efectivos a la voracidad de ciertos mercados.

Frente a ello, diversas organizaciones comunitarias, territorios indígenas, la Federación Costarricense para la Conservación de Ambiente (Fecon), la Alianza de Comunidades por la Defensa del Agua en Puntarenas, COECO-Ceiba Amigos de la Tierra-Costa Rica, la Red de Coordinación en Biodiversidad y el Programa Kioscos Socioambientales de la Universidad de Costa Rica se unieron para problematizar este modelo de concesiones y plantear líneas base para dar justicia ambiental a nuestros ríos.

Desde esta articulación se construye la propuesta de identificar los caudales ecológicos, es decir, el caudal en su dimensión natural, que se determinaría conociendo las características naturales de un río, calidad del agua, cambios en el periodo anual y sus particularidades como hábitat, legitimando la participación comunitaria en la toma de decisiones sobre los ecosistemas hídricos y la necesidad de una distribución justa del agua para su uso sustentable en los territorios.

En marzo del presente año diversas organizaciones presentaron un pronunciamiento sobre su rechazo a este reglamento, exponiendo puntos concretos por los que es necesario abonar este proceso de defensa. Asimismo, recientemente se realizó una guía para caudales ecológicos, qué servirá de base para seguir trabajando en torno a este tema.

Es primordial que las comunidades se capaciten para realizar aforos en sus ríos y fuentes de agua, y que manejen la información hídrica, ya que representa un avance necesario para enfrentar fenómenos crecientes, como el extractivismo hídrico por agronegocio, energías o la minería en los cauces. Los procesos institucionales centralizados no están controlando como se debería estas actividades para garantizar el derecho a un ambiente sano y la justa distribución de las riquezas en las comunidades.

Es igualmente necesario aumentar los esfuerzos apuntando a continuar intercambiando experiencias, conocimientos y generando alianzas organizativas estratégicas, con otros pueblos, con universidades, con instituciones, diseñar nuevos espacios de participación en decisiones y de fiscalización del estado y explotación de los ríos, así como impulsar el reconocimiento de los derechos de los ecosistemas ribereños y sus pueblos.

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Diciembre, 2021

El Medio Ambiente