Un insecticida de uso común es más tóxico de lo creído para la vida acuática

“Para que nuestros ríos lleguen sanos al mar“

El Recurso Hídrico y Contaminación

La ecóloga Janet Miller, vista de lejos, haciendo trabajo de campo. (Foto: Janet Miller)

La ecóloga Janet Miller, vista de lejos, haciendo trabajo de campo. (Foto: Janet Miller)

La presencia de insecticidas en arroyos y otros cuerpos de agua es cada vez más preocupante en muchas partes del mundo. Sin embargo, en bastantes casos es escasa la información sobre a partir de qué nivel de concentración esas sustancias resultan dañinas para los ecosistemas acuáticos.

En un nuevo estudio, el equipo de Janet Miller, de la Universidad Estatal de Colorado en Estados Unidos, ha descubierto que un insecticida muy utilizado y compuestos relacionados con él son más tóxicos para las comunidades de los arroyos que lo deducido en investigaciones anteriores. 

El insecticida, el fipronil, se utiliza en Estados Unidos para mantener a raya insectos en mascotas, estructuras, patios y cultivos agrícolas.

Miller argumenta que es probable que el insecticida afecte a los insectos de los arroyos y perjudique los ecosistemas acuáticos en muchas zonas. Además, la degradación del fipronil genera otros compuestos, algunos de los cuales, según este estudio, son más tóxicos que el propio fipronil. 

El equipo de investigación observó alteraciones en el ciclo de vida de insectos acuáticos, provocadas, según todos los indicios, por la presencia de fipronil. Esas alteraciones afectan a las conexiones entre el ecosistema de los arroyos y el de tierra firme, entre otros aspectos.

En ciertas zonas vigiladas que tenían una alta concentración de fipronil, los investigadores también observaron una cantidad menor de insectos que raspan o comen las algas de las rocas, lo que provocó un aumento de las algas en esos arroyos.

Los compuestos de fipronil se detectaron en concentraciones peligrosas en el 16% de los arroyos estadounidenses de los que se tomaron muestras y fueron más frecuentes en los arroyos de la región suroriental del país. Los científicos encontraron que los compuestos de fipronil estaban mucho menos extendidos en otras regiones, lo que sugiere que los patrones de uso del insecticida difieren entre áreas geográficas del país. "Encontramos que el 51% de los arroyos de los que tomamos muestras en el sudeste revelaron la presencia de fipronil, mientras que en la zona del noroeste de Norteamérica que limita con el océano Pacífico, solo detectamos el insecticida en aproximadamente el 9% de los arroyos", explica Miller.

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Octubre, 2020

El Recurso Hídrico, Contaminación