Hambre y sed en el Sahel
"Para que nuestros ríos lleguen mar"
Conservación de las fuentes de agua / El fenómeno de la sequía
En plena pandemia y con una incesante escalada de violencia, Burkina Faso se enfrenta a otra amenaza de la que nadie habla y acecha en la sombra: la falta de agua y alimento
(Foto: © Hugues)
1.Si hay un conflicto en el mundo que pasa desapercibido en las portadas de los principales medios de comunicación, es el conflicto del Sahel. Desde enero de 2012, cuando una coalición de grupos rebeldes y yihadistas inició una rebelión armada, unas 15.000 personas han sido asesinadas y tres millones han huido de sus hogares. Malí y Burkina Faso son los países más afectados por una guerra invisible que está causando una verdadera catástrofe humanitaria: 3.000 escuelas y centros de salud cerrados, regiones enteras bajo el control de los radicales, violencia intercomunitaria y represión contra la población civil en un contexto de extrema pobreza y aumento de la sequía debido al cambio climático. En Mali la situación ha sido tan crítica que incluso ha desembocado recientemente en un golpe de estado llevado a cabo por altos cargos del ejército maliense.
En la imagen, de marzo de 2020, una mujer desplazada azuza a dos burros para que tiren de su carro por los arenosos caminos de Barsalogho, un pueblo burkinés del Sahel donde desde inicios de 2019 existe un campo para desplazados internos que acoge a unas diez mil personas. Foto: JUAN LUIS ROD.
2. Burkina Faso ya ha superado el millón de personas desplazadas a causa de la escalada de violencia que sufre el país según las estadísticas publicadas por las autoridades nacionales. Esto supone un aumento del 8,62% desde abril de 2020, y más del triple que cuando se aprobó la primera estrategia de agrupación de refugios hace casi un año. Uno de cada 20 habitantes está desplazado a causa de esta crisis humanitaria, lo cual representa un 5% de la población total del país.
Desde el comienzo de la pandemia, el número de personas que padece inseguridad alimentaria en Burkina Faso, Mali y Níger ha aumentado en un millón, llegando a los 4,8 millones de afectados. Esta cifra podría duplicarse o incluso triplicarse, ya que el virus sigue propagándose y las medidas de bloqueo afectan a los más vulnerables según afirma un estudio del CSIS.
En la imagen, mujeres y niños hacen cola para recoger agua con sus bidones amarillos en un punto de agua potable del campo de desplazados internos de Barsalogho en marzo de 2020. Foto: JUAN LUIS ROD.
3. Varias personas desplazadas construyen una casa en el campo de refugiados de Barsalogho en marzo de 2020. Según los administradores locales, la población ha aumentado notablemente debido a la gente que huye de los ataques sufridos en las localidades más pequeñas de la región. Barsalogho se encuentra en el centro norte del país, una de esas zonas que han sufrido ataques repetidos en los últimos años.
Foto: JUAN LUIS ROD.
4. El número de desplazados internos registrados se ha multiplicado por siete en un año, pasando de 87.000 a principios de 2019 a 613.792 en enero de 2020. La tendencia continúa y actualmente la cifra supera el millón. Uno de los problemas que sufren en Barsalogho es la insuficiente cantidad de agua potable. Las organizaciones humanitarias tienen que llevar camiones cisterna y construir depósitos para la población.
Foto: JUAN LUIS ROD.
5. La población infantil es uno de los grupos de riesgo más afectado. Alrededor de tres mil escuelas de la zona han tenido que cerrar debido a la situación de inseguridad creada por los constantes ataques en pequeñas aldeas.
En la imagen, unos niños del centro de desplazados de Barsalogho posan para una foto, subidos sobre unos bancos. Foto: JUAN LUIS ROD.
6. En medio del conflicto, la pobreza y las pandemias, decenas de miles de personas viven con miedo a sufrir nuevos ataques y cuentan con un abastecimiento muy limitado de comida y agua.
Esta mujer desplazada posa en una foto junto a las escasas pertenencias de algunos de los pobladores de Barsalogho: alfombras, sacos, telas, cubos... No hay mucho más. Foto: JUAN LUIS ROD
7. Después de tantos años de violencia, el sistema de salud en la región del Este de Burkina Faso está muy debilitado. Según la Organización Mundial de la Salud, más de 30 centros médicos en el área han cerrado sus puertas, dejando a casi 300.000 personas sin acceso a atención sanitaria primaria. Los medicamentos y el material médico son escasos, a menudo a causa de los saqueos o porque la inseguridad impide la entrada de nuevos suministros, así como la llegada y/o la estancia de personal médico.
Foto: JUAN LUIS ROD
8. Las regiones del centro-norte y del Sahel siguen siendo las más afectadas del país, con el 46,1% y el 37,0%, respectivamente, del total de la población desplazada registrada. Les siguen el Norte (7,5%), el Este (2,2%) y la región de Boucle de Mouhoun (1,7%). Los refugiados también buscan cobijo en otras regiones del país, como la Meseta Central (0,8%) y Hauts-Bassins (1,2%). En la imagen, una niña sonríe frente a un caldero puesto al fuego en Barsalogho.
Foto: JUAN LUIS ROD
9. Cada día llegan nuevos grupos de desplazados, cientos de personas, incluyendo mujeres viudas, niños y personas con discapacidades. Las necesidades son cada vez más complejas de satisfacer.
Foto: JUAN LUIS ROD
10. La falta de vivienda adecuada es una de las grandes preocupaciones, ya que muchas familias se ven obligadas a residir en tiendas de campaña hechas de paja o trozos de plástico incluso en la época de lluvias. Lo más alarmante, es que muchas personas, incluidas las comunidades de acogida de desplazados, apenas disponen de agua potable y alimentos por las limitaciones de abastecimiento en el mercado para una población creciente.
Foto: JUAN LUIS ROD
11. "El Sahel requiere, más que nunca, una atención mayor y coordinada de los Estados de la región y de la comunidad internacional para frenar la espiral de violencia y crear así un entorno propicio para el desarrollo socioeconómico inclusivo y sostenible", opina Mohamed Ould Cheikh Ghazouani, actual presidente del G5 Sahel. Es necesario fortalecer los sistemas de alimentación y nutrición, en una región en la que 5,5 millones de personas corren el riesgo de sufrir inseguridad alimentaria, según las estimaciones de las Naciones Unidas.
Foto: JUAN LUIS ROD
12. En estos tiempo de pandemia es esencial mantener el coronavirus bajo control y evitar que se produzcan efectos colaterales, pero no a expensas de la respuesta a otras emergencias humanitarias que resultan igualmente preocupantes. Aquí, en esta zona de Burkina, la gente no teme al ‘bichito’, lo que temen es que la temporada de lluvias destruya sus refugios improvisados. Y sobre todo al hambre y la sed.
En la imagen, el campo de desplazados internos de Goudébou, en Dori, muy cerca de Barsalogho y con los mismos problemas. Foto: JUAN LUIS ROD
Fuente:
Juan Luis Rod
Agosto, 2020