Patos afortunados: los porrones malgaches que una vez se creyeron extintos, ahora se recuperan

"Para que nuestros ríos lleguen sanos al mar"

Biodiversidad

Screen Shot 2020 06 30 at 1.46.30 PM

Screen Shot 2020 06 30 at 1.46.30 PM

Una nueva familia del porrón malgache. Doce patitos, en dos nidadas, nacieron en noviembre de 2019. Foto: Durrell

  • Los conservacionistas introdujeron patos adultos jóvenes en el lago Sofía en el norte de Madagascar en diciembre de 2018. Sin embargo, no esperaban que se reprodujeran tan rápido.

  • Las nuevas crías son una victoria para los grupos de conservación que han estado trabajando para salvar a la especie. Sin embargo, el futuro del porrón malgache sigue siendo precario debido en parte a la falta de alimentos, con una población total medible en docenas.

Una de las aves más raras del mundo, que una vez se creyó extinta, se reprodujo con éxito en la naturaleza a fines del año pasado. Las nuevas crías son una victoria para los grupos de conservación que han estado trabajando durante más de una década para salvar a la especie.

En noviembre, los conservacionistas celebraron la aparición de 12 patitos del porrón malgache (Aythya innotata) en el lago Sofía, en el norte de Madagascar. Los conservacionistas introdujeron patos adultos jóvenes en el lago Sofía en diciembre de 2018. Sin embargo, no esperaban que se reprodujeran tan rápido. Los patos buceadores normalmente no se reproducen hasta que tienen dos años.

«Estábamos muy sorprendidos y emocionados de tener crías solo un año después de introducir a los patos», dijo a Mongabay Felix Razafindrajao, administrador de humedales del Durrell Wildlife Conservation Trust, un grupo con sede en Jersey en las Islas Británicas.

Un porrón malgache macho criado en cautiverio, cerca de un año de edad. Imagen de Frank Vassen a través de Wikimedia Commons (CC BY 2.0)

El porrón malgache anteriormente fue común en las tierras altas de Madagascar, pero la población disminuyó rápidamente a mediados del siglo XX. Aparte de un macho encontrado en 1991, no hubo avistamientos confirmados entre 1970 y 2006, cuando un científico del grupo de conservación de Estados Unidos, el Fondo Peregrino, detectó algunos de los patos en un lago volcánico en el norte de Madagascar.

Aparentemente los esfuerzos de décadas para encontrar al pato a través de monitoreos y campañas públicas habían sido demasiado restringidos geográficamente. La búsqueda se había centrado en el centro de la meseta alta, especialmente en la región del lago Alaotra, donde el pato, conocido localmente como fotsimaso («ojos blancos»), había sido común. Desafortunadamente para ellos, el pato se encontraba en la periferia del altiplano.

«Todo el mundo estaba buscando el pato en la meseta alta, pero se olvidaron de la meseta alta en el noroeste», dijo a Mongabay Richard Lewis, director de Durrell.

Los porrones malgache redescubiertos viven en un lago a un kilómetro sobre el nivel del mar, rodeados por lo que Lewis llamó un «fabuloso bosque en medio de la nada», donde hay poca deforestación o cultivo de arroz. Bemanevika, a unos 32 a 40 kilómetros al noroeste de la ciudad de Bealanana, ahora es un área protegida, habiendo recibido ese estado en parte debido a la presencia del porrón malgache. El área incluye cuatro lagos poco profundos, pero el porrón malgache generalmente permanece en el lago donde fueron encontrados y se reproducen en sus pantanos de papiro.

Después de 2006, los científicos determinaron que Bemanevika no era un lugar ideal para el crecimiento de la población de patos debido a la topografía del lago donde se encontraba el porrón malgache y la tasa de mortalidad extremadamente alta de las crías. «Esto parece ser un ejemplo de una especie en Peligro Crítico cuyo último refugio está en un hábitat que no es ideal, pero no está perturbado», escribieron los autores de un estudio de 2015 publicado en Bird Conservation International.

En 2009, Durrell y las organizaciones asociadas trasladaron los huevos del porrón malgache de la naturaleza a una instalación donde comenzaron un programa de crianza en cautiverio en la capital regional de Antsohihy. Finalmente, en diciembre de 2018, reintrodujeron 21 porrones malgache en el lago Sofía, a unos 50 km al sureste de Bemanevika, donde se redescubrió el ave.

A pesar del reciente éxito, la existencia del porrón malgache como especie sigue siendo precaria. Más de un año después de la reintroducción, solo nueve de los 21 patos adultos viven en el lago Sofía. Uno murió y el resto no los encuentran (los patos tienen anillos de identificación, pero no tienen etiquetas de seguimiento de radio o satélite). En Bemanevika, mientras tanto, hay un poco más de 50 patos. Durrell y sus socios actualmente tienen 94 porrones malgache en cautiverio en dos instalaciones en Antsohihy.

Una nueva familia de porrones malgache (Aythya innotata) en el lago Sofía en el norte de Madagascar. Imagen cortesía de Durrell

La historia detrás del triste declive del porrón malgache no está clara. Los conservacionistas creen que los patos casi se extinguieron debido a la falta de alimento. Los patos suelen pasar uno o dos minutos bajo el agua por vez, buceando en busca de comida en el fondo de los lagos. Aunque se hizo poca investigación sobre esta especie antes de su desaparición, el estudio de 2015 indicó que los patos comen insectos bentónicos o submarinos, como las larvas acuáticas de las moscas caddis. Parece que tales poblaciones de insectos se desplomaron, probablemente debido al agotamiento del oxígeno en el agua del lago causado por la deforestación o la escorrentía de pesticidas agrícolas. Y a medida que los insectos disminuyeron, también lo hizo la fortuna del pato buceador.

La destrucción de los humedales de Madagascar hizo difícil encontrar un lugar para reintroducir los porrones malgaches. Durrell realizó «muestreos bentónicos buenos y baratos» en los humedales de la meseta alta, pero la cantidad de gusanos e insectos era demasiado baja para mantener la supervivencia de los porrones malgaches, dijo Lewis. Incluso en el lago Sofía, el sitio elegido, la comida no es abundante en el fondo del lago, por lo que los conservacionistas complementan la dieta del porrón malgache con comida de pato que llega desde el Reino Unido. (Lewis dijo que tienen la intención de cambiar a fuentes locales una vez que puedan identificar algunos libres de moho letal para los patos).

Los conservacionistas dicen que sus esfuerzos para salvar al porrón malgache encajan con su trabajo comunitario, es decir, lo que es bueno para el porrón malgache es bueno para los seres humanos. «El pato depende de un humedal saludable, y eso también será más productivo para el uso humano», dijo Lewis.

Los conservacionistas introdujeron patos adultos en el lago Sofía en diciembre de 2018. La primera nidada de patitos, que se muestra aquí, eclosionó menos de un año después. Imagen cortesía de Durrell

Fuente:

Edward Carver

MAR En La Prensa | MarAlliance

Traducción:

Romina Castagnino

Junio, 2020

BiodiversidadComentario