VOCES CON IDENTIDAD
"Para que nuestros ríos lleguen sanos al mar"
Recurso Hídrico y Pueblos Originarios
Deyanira Mishari tiene un trabajo inusual para una mujer indígena de Perú. Es la Jefa del Bosque de Protección San Matías - San Carlos, ubicado en Junín, a 3 horas en avión y 8 por carretera desde Lima
Perú es abundante en recursos naturales y alberga la segunda selva tropical más grande del Amazonas, luego de Brasil. Sin embargo, solo 13 de las 76 jefaturas de bosque son lideradas por mujeres.
Deyanira fue elegida en 2018, luego de haber trabajado por 12 años con el Servicio Nacional de Áreas Protegidas (SERNANP). Ella pertenece a una comunidad asháninka que es parte de la red de comunidades del bosque San Matías - San Carlos, protegido por el SERNANP y por líderes indígenas a lo largo del país.
Perú es rico en recursos naturales y alberga la segunda selva amazónica más grande después de Brasil.
Entre 25.000 y 45.000 asháninkas viven en bosques protegidos. Tradicionalmente conocidos por su independencia y sus habilidades de lucha, hoy cazan y pescan y cosechan cultivos como la yuca, el arroz, el café y la banana.
Deyanira considera que la protección de los ecosistemas es una responsabilidad fundamental de todos los miembros de una comunidad.
Entre 25.000 y 45.000 asháninkas viven en bosques protegidos.
Deyanira Mishari tiene un trabajo inusual para una mujer indígena de Perú: es la Jefa del Bosque de Protección San Matías - San Carlos.
La agricultura migratoria, la tala ilegal e incluso el narcotráfico, amenazan a las comunidades indígenas que viven en San Matías - San Carlos. La protección de los bosques que albergan a estas comunidades es la máxima prioridad de iniciativas como Amazonía Resiliente, liderada por el SERNANP con la asistencia técnica del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Como parte de la primera línea de defensa ante los peligros de carácter humano que ponen en riesgo la integridad de la Amazonía peruana, Deyanira está a cargo de coordinar con 29 comunidades indígenas para crear estrategias de protección de sus recursos naturales.
Feliciano Mañaningo es miembro de la comunidad Ashéninka en Dulce Gloria (Yurúa, Ucayali).
La presencia de diferentes lenguas indígenas en un mismo bosque requiere de un experto manejo de recursos, del conocimiento del territorio y de relaciones interculturales, aspectos indispensables que líderes como Deyanira facilitan.
En Perú hay 48 diferentes lenguas indígenas, 41 de ellas originarias de la Amazonía, siendo ésta una de las regiones con mayor diversidad lingüística en América. El trabajo que Deyanira y otras personas líderes realizan ayudan a conservar la importancia de estas lenguas, para que quienes las hablan hagan escuchar su voz en su propio idioma.
En Perú hay 48 diferentes lenguas indígenas, 41 de ellas originarias de la Amazonía, siendo ésta una de las regiones con mayor diversidad lingüística en América.
La UNESCO estima que más de la mitad de las lenguas del mundo se extinguirán para 2100. Las Organización de las Naciones Unidas ha declarado al 2019 el año Internacional de las Lenguas Indígenas para reconocer el rol de las lenguas, no solo para comunicar, sino también para conservar la identidad cultural y la historia.
Juvencio Parco es miembro de la comunidad Asháninka en Alto Chivis (Puerto Bermúdez, Pasco).
El PNUD trabaja con Deyanira y otros jefes de bosques para asegurar una buena gestión del territorio amazónico, una gestión que esté liderada por hombres y mujeres indígenas por igual, respetando sus derechos, su sabiduría y sus opiniones en la toma de decisiones sobre el futuro de sus comunidades.
Los “Objetivos de Desarrollo Sostenible” en la lengua indígena quechua.
(Fotos: PNUD Perú / Mónica Suárez Galindo, Nuria Angeles Tapia, Giulianna Camarena Montenegro)
Descubre más sobre cómo las lenguas indígenas son una expresión única de una identidad colectiva.
Fuente:
Marcelo Gonzáles Montoya
Febrero, 2019